El castillo se puede considerar de origen musulmán, construido probablemente entre los siglos XI y XII; Enguera saltó a la fama durante esta época, especialmente durante un breve período en el siglo XII como capital regional del reino de Tephara, lo que le dio importancia en esta región estratégica.
Tras la conquista, las tropas castellanas al mando de Pedro Núñez de Guzmán ocuparon el castillo y lo reconvirtieron para su uso. Después de que Jaime I lo incorporara al Reino de Aragón, el vasto territorio de Enguera, que incluía el castillo de Enguera, Gala Mocente y La Morra, fue entregado a la Orden de Santiago, que formó la citada orden, la Orden de Enguera.
Su ubicación en la frontera siempre ha tenido una gran importancia estratégica, por lo que se utilizó hasta que fue desmantelado por orden de Pedro IV de Aragón en 1365 para evitar que fuera destruido por Castilla durante la Guerra de la Alianza. En 1575, un documento de la familia real de la venta de Enguera a la familia Borja afirmaba que el castillo había "caído".
Posteriormente, el terremoto de 1748 golpeó las estructuras sobrevivientes, provocando su destrucción, agravada por los efectos de los elementos y el paso del tiempo, hasta llegar a su estado actual. La capa inferior del castillo es un polígono irregular que conserva un gran número de reliquias islámicas y forma el muro frontal a los pies de la ciudad principal. Actualmente las torres siguen estando dañadas y no se prevé un arreglo a corto plazo.
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