Conforme vamos recorriendo la senda geominera vamos encontrando distintas construcciones en ruinas de lo que en su momento fueron casas de agricultores de la zona, pozos, acequias, etc. Durante un periodo de tiempo bastante largo Calblanque estuvo despoblado por el miedo a la llegada de piratas a la costa. A finales del siglo XIX fueron llegando nuevos pobladores gracias a que el ayuntamiento de Cartagena fue arrendando partes de terreno para uso agrícola. Como hemos comentado antes el paisaje es bastante árido, y así era también entonces, por lo que los cultivos eran principalmente de secano: trigo, cebada, avena, olivos, algarrobos para alimentar a los animales, almendros…
Estas familias que poblaban la zona sobrevivían gracias a la agricultura, y con el sobrante de sus cosechas intercambiaban otros bienes con sus vecinos. Trabajaban con la ayuda de animales y aprovechaban especies del entorno como el esparto, con el cual fabricaban de forma artesanal cuerdas, cestas o calzado, entre otros. Con el avance tecnológico y la formación de núcleos de población más grandes sucedió lo mismo que en la mayoría de zonas rurales del país. Los pobladores dejaron la zona.
Las casas cúbicas y demás construcciones nos ayudan a imaginar una vida tranquila, aislada y seguramente con condiciones muy duras, pero en un entorno único.
Esta imagen está sacada del archivo regional de Murcia y pertenece a un vecino que actualmente reside en Los Belones, Juan Huertas. En ella se ve a este antiguo vecino llenando una cesta de esparto con algarrobos para alimentar a los animales de los que disponía para que le ayudaran en sus tareas agrícolas. Al fondo podemos observar su casa y otro tipo de construcción que entiendo serviría para el cobijo de los animales o para guardar alimentos, utensilios…
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