Castillo de Requena
La Torre del Homenaje del castillo de Requena constituye un enorme cubo de 16,5 m de lado y 23,5 m de alto. Fue alzada en el s. XV como primer elemento de un proyecto de reforma que debió afectar a todo el castillo, pero que no fue acabado, como muestra el potente e Inconcluso muro que se encastra en el ángulo norte de la torre y que alberga el único acceso original a la torre por medio de una estrecha escalera que alcanzaba el adarve, último piso de la fortificación. Este sistema de entrada dificulta un posible ataque.
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En su carácter exterior, destaca la moldura o cordón en forma de soga con nudos en las esquinas que marca el tránsito en los dos cuerpos de las torres. Parece que sus almenas fueron desmochadas, pero se restauraron en 1961. Las características de la torre responden a las nuevas necesidades de solidez que conlleva la generalización de artillería en el siglo XV.
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En el interior de la torre se encuentra diferentes salas y sitios donde hacían trabajos:
Hornacina
Hornacina de época posterior a la construcción de la torre, cuando esta sala alberga una capilla con pequeño altar de yesería.
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Pileta
Pileta para laboratorio, cuyo desagüe desemboca, a través del muro, en una gárgola exterior.
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Conducto
Conducto que permite llegar al pozo. Daba servicio a las distintas dependencias al atravesar todas las plantas.
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Sala noble
Fue la sala principal de la torre. Como demuestran sus dimensiones e iluminación. Destaca su bóveda apuntada de rosca de ladrillo, de tradición mudéjar, y el diseño de sus ventanales, con un dintel de tres piezas cuya parte central desciende ligeramente, siguiendo la estética gótica de otras fortalezas castellanas de la época.
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