“NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA”
Todo empezó varios siglos atrás, en la batalla de Almansa (1707) donde mucha gente emigró para poder sobrevivir. Afortunadamente uno de los destinos fue una pedanía la cual se encontraba en descenso poblacional en ese momento, los Alhorines. Esta gente hizo que poco a poco la población, aunque de forma dispersa, creciera.
Sin embargo, en esta “repoblación” no todo era positivo para dichos habitantes ya que estaban ligados a su capital municipal (Ontinyent), que les obligaba a perder jornadas completas al desplazarse hasta ellas para realizar cualquier tipo de gestión.
Foto extraída de la web oficial del Ayuntamiento de Fontanars |
Tras la adquisición de diferentes servicios y concesiones en 1849 como casamientos y entierros, tanto los habitantes de la pedanía de Fontanars como los de las casas solicitaron reiteradas veces la segregación con Ontinyent pero siempre obteniendo un “NO” como respuesta. Como no podía ser de otra forma, gracias a la fe y persistencia de los habitantes, finalmente el 5 de agosto de 1927 consiguieron la independencia logrando así mejor el nivel de vida que las personas merecían.
Pero estas personas no solo consiguieron un mejor nivel de vida, sino, que sin darse cuenta escribieron un antes y un después en la historia y los valores de los habitantes de la localidad de Fontanars dels Alforins y sus generaciones.
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