La última entrada del blog la he reservado para contar el hecho histórico que ocurrió en el parque en la primavera del año 2.020, con el nacimiento de más de 600 pollos de flamenco (Phoenicopterus ruber). En la primavera de este año este acontecimiento se ha repetido, aunque con un menor número de nacimientos.
Aunque la presencia de flamencos es habitual todos los años en ambas lagunas del Parque Natural, no anidaban en él al no encontrar las condiciones idóneas para ello. De hecho, desde que la Generalitat cuenta con registros oficiales, solo se había dado algún intento frustrado, como el del año 2.001. Sin embargo, fuentes conocedoras del entorno, comentan que la última nidificación de este ave en este lugar data de hace 37 años, concretamente de 1.983.
El flamenco es una especie que pone un único huevo por pareja, en un nido que realiza con su fuerte pico, y que son especialmente delicados con las condiciones ambientales que se deben de dar para sacar adelante los nidos y las crías. Necesitan, además de un número mínimo de ejemplares formando la colonia, tranquilidad absoluta y el mantenimiento de unos niveles de agua y alimento adecuados. De hecho, esta especie solo anida de forma masiva y continuada en España en la zona lacustre de Fuente de Piedra (Málaga), y en forma más puntual en el Delta del Ebro y el Parque de Doñana.
Sin embargo, cuando a partir de marzo del año pasado los flamencos comenzaron a llegar al parque encontraron, gracias al confinamiento que estábamos sufriendo en ese momento debido al Covid, una tranquilidad insólita. Además de ello, el aumento del nivel de agua de las lagunas debido a las fuertes lluvias propició, por un lado que la zona de anidamiento fuese inaccesible tanto para depredadores como para personas, y por otro lado propició que los niveles de salinidad disminuyeran y eclosionara una gran cantidad de Artemia salina, principal alimento de los flamencos.
Fue como si de pronto se retrocediera varias décadas en el tiempo, y estas aves volvieron a encontrar las condiciones de tranquilidad, nivel de salinidad y alimento que existía antaño.
Foto propiedad de Justo Ferrer: Se observa una guardería de flamencos jóvenes, cuidados por sus progenitores
Esta colonia de flamencos consiguió sacar adelante más de 600 polluelos, quedando en la zona de cría los nidos, que con la tierra del lugar, habían realizado con su fuerte pico.
Personal del Parque Natural consiguió, una vez finalizada la época de cría y abandonado el lugar por parte de estas aves, trasladar uno de estos nidos que los flamencos construyeron encima de una madera, al Centro de Interpretación, donde se restauró y se encuentra expuesto para poder ser observado por los visitantes.
Este año 2.021, aunque en menor número los flamencos han repetido y han vuelto a anidar en la zona.
Lo que pasará el próximo año es una incógnita, pero con el aumento de la presión humana en la zona debido al fin de las restricciones de movilidad , no auguran un futuro muy prometedor para que esta ave vuelva a anidar. Y esto nos debería hacer reflexionar a todos. Tendremos que conformarnos, eso sí, con que siga visitando el Parque Natural y poder admirar su espectacular belleza.
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