lunes, 12 de agosto de 2013

Lo rural como recurso económico (2)



 
Foto: Ricardo Compaire

En el caso de las vías pecuarias estamos ofreciendo un recurso que tiene en su base el hecho de que son de uso público, son “algo de todos” (Artículo 2. De la Ley 3/1995 de Vías Pecuarias “Las vías pecuarias son bienes de domino público de las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables”) y por tanto entre todos debemos conservarlas y también disfrutarlas.
Cualquier recurso, lo es en la medida que se comercializa, es decir que se publica, y que produce beneficios y no debemos avergonzarnos de obtener rentas de vender nuestros valores culturales. Pero esta promoción debe de estar dentro de un programa y se deben cualificar los beneficios y los riesgos que esta apuesta entraña.
Somos conscientes que el turismo rural aporta muy escasos beneficios, pero es un complemento a las reducidas economías de nuestras sierras. Si la comercialización de un producto turístico basado en las vías pecuarias incrementa las rentas, es el éxito final de un gran trabajo etnográfico, sociológico y económico que se inicia en las primeras encuestas.
El considerar la entidad y sus valores como recurso, en un reto muy complicado que precisa de unos estudios previos y de un programa completo e integral. Es cierto que proporciona beneficios económicos, de promoción regional, de reconocimiento social y de diversificación económica así como de la valoración de hecho patrimonial.


Pero todo esto se ha de valorar ante los posibles riesgos que pueden surgir, teniendo en cuenta que debe de existir siempre la prioridad ganadera en el caso de nuestras vías pecuarias.
La masificación, el posible deterioro ambiental y la aculturación son aspectos negativos que surgen de la errónea comercialización del recurso. No obstante existen usos respetuosos de las vías pecuarias, tomándolas en su conjunto como caminos, márgenes y hechos culturales. Alrededor de esta trilogía pueden surgir diversas ofertas que pondrán en valor todos los recursos de forma integral.
Una vez realizados todos los estudios y valorando la oferta y la demanda, se debe iniciar la promoción, como se hace con cualquier producto turístico.
Teniendo en cuenta las características especiales de las vías pecuarias precisan de una divulgación especial, partiendo de la señalización, y el equipamiento, como se hace con cualquier camino. Existen ya experiencias de este tipo en España como la Cañada Real de los Roncaleses en Navarra, o la Cañada de la Plata en Extremadura, o el Camino Real del Puerto de la Mesa, o la Cañada Real Galiana en Madrid.
El hecho es que estos caminos pastoriles atraviesan varias provincias y comunidades autónomas obliga a preparar una señalización única para todo el recorrido, no como en la actualidad que cada comunidad ha diseñado una señal para la vía pecuaria diferente a la vecina, con lo que los pastores deben estudiarse los cuadernos de identidad corporativa de cada zona.  El camino da identidad al recorrido y debe tener una sola imagen. Además se deben ofrecer las topoguías como las que utilizan los senderistas, pero a las que se le han de añadir todos los valores naturales, patrimoniales y culturales de los márgenes del itinerario. 


Es imprescindible la preparación de personas que conociendo el recurso y los valores culturales de los pueblos ribereños, sirvan de guías acompañantes de los visitantes y les inculquen a la vez el interés por el producto y su respeto. Aprovechando y haciendo coincidir los recorridos con fechas y actividades de los pueblos de la zona se puede dar vida a esas localidades. Esta oferta se puede realizar  a través de empresas de servicios en las que pueden participar  también los ganaderos, ya que es un importante recurso el organizar excursiones  acompañando a los pastores trashumantes y trasterminantes  en su recorrido estacionales, como ya he hecho, en Ávila, La Rioja, Navarra, Castilla la Mancha. Perder la prioridad ganadera de las vías pecuarias sería un grave error lo mismo que no implicar a los ganaderos en estos proyectos.
Santiago Bayón Vera

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