viernes, 11 de enero de 2013

¿TURISMO SOSTENIBLE?: Interés o intereses

Los amigos del blog se están animando a enviarnos experiencias... en este caso es Gerardo Vila quién después de un viaje a ese lugar paradisiaco de Costa Rica nos cuenta y nos hace reflexionar:

"El turismo sostenible, que genera intereses entre diferentes tipos de empresarios, tiene como fin acercar al visitante, interesado en la naturaleza, a los espacios naturales y proporcionarles una experiencia de contacto esta, de forma sostenible (bajo impacto al medio ambiente y cultura local y contribución al desarrollo económico local).
En mi humilde opinión, la educación y concienciación social es la mejor forma de buscar la sostenibilidad, pues se consigue, por un lado, que el que acude al espacio natural, esté dispuesto a pagar por ello (pernoctar en un refugio de montaña no es precisamente barato) y además exige de alguna forma, esa sostenibilidad al gestor del espacio (no se suele recomendar o visitar un lugar cuando se es consciente de que está masificado o descuidado).
Tiempo atrás, alguien me dijo que el que daña al monte, es el acude al monte. En ese caso, hacía alusión a un incendio intencionado que seguramente perseguía fines cinegéticos. Lo que está claro, es que el visitante (o habitante) de un espacio natural es el objetivo del gestor del espacio, en la medida de que son los que llevarán al éxito o al fracaso gran parte de su política de gestión, pues si un espacio no es atractivo para el visitante, pierde un valor de uso muy importante, casi me atrevería a decir que se descompensa la sostenibilidad, pues pasaría a ser un espacio protegido por su falta de interés.

El visitante, debe ser consciente del valor de lo que está visitando y si la oferta turística no está a la altura, como en todo negocio, su peor enemigo es una mala publicidad. Por eso, creo que la Carta Europea de Turismo Sostenible se basa en una necesidad del visitante-cliente de acceder a un turismo a la altura de sus expectativas, orientado a perpetuar el valor de lo que se visita, de hecho en mi opinión, muchos de nosotros nos acercamos a la naturaleza para reencontrarnos con el origen, también, de la esencia del bien y del mal (de alguna forma eso es lo que mueve a los ecologistas más puristas). En la naturaleza, podemos desconectar de un mundo cotidiano en el que tendemos a contaminar y degradar el medio ambiente y nos da la oportunidad, de forma directa, de resarcirnos del daño indirecto que provocamos a diario (limpiar la conciencia).
Los clientes-objetivo de este tipo de turismo, son principalmente gente concienciada que busca tener una experiencia con ese sentido (sostenibilidad).
Personalmente, cuando visito la naturaleza, obtengo sensaciones más intensas y puras que en mi día a día, eso es lo que me mueve a visitarla. Contemplar un fiordo esculpido por la fuerza de un glaciar en Noruega, los restos de una erupción volcánica en Lanzarote, la verticalidad de un acantilado en Irlanda o sentir el miedo a lo desconocido al caminar de noche por la selva de Costa Rica... Son vivencias dificilmente comparables y que me sobrecogen haciéndome sentir el elemento más insignificante de lo que me rodea. 

Despertar el interés del visitante es fundamental para garantizar los intereses del espacio natural y fomentar el turismo sostenible.

Como curiosidad, os dejo una foto de un panel explicativo ubicado en la Reserva biológica Bosque Nuboso de Monteverde (Costa Rica) que tiene una incorrección (os animo a encontrarla). Al detectarla, se lo comenté a un empleado de la reserva, que contactó con un investigador de anfibios estadounidense, que supongo que también tiene competencias en la gestión. Cogió un monumental enfado y es que, los pequeños detalles marcan grandes diferencias."


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