lunes, 27 de noviembre de 2023

Una historia que esconde horrores


 El pueblo de Marines Viejo ha enfrentado desafíos constantes debido a su clima mediterráneo, que incluye eventos meteorológicos extremos conocidos como "gotas frías". En el siglo XX, el pueblo experimentó cuatro riadas notables en 1908, 1949, 1950 y 1957. Las tres primeras causaron daños materiales, como derrumbes y pérdida de animales. Sin embargo, la riada de 1957 fue trágica, con cinco personas fallecidas debido a una avalancha de agua, lodo y piedras que inundó el pueblo.

Antes de esta tragedia, una helada excepcional había dañado los cultivos, afectando la economía local. Justo cuando el pueblo se preparaba para sus festividades de octubre, ocurrió la catástrofe el 14 de octubre de 1957. La riada fue provocada por intensas lluvias que desencadenaron un deslizamiento desde el monte Rodeno hacia el pueblo, causando inundaciones en áreas centrales como el Vallejo y la calle Hermano Vicente Coll.

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El río Carraixet también se desbordó, dañando carreteras y aislando al pueblo. Se estableció un "puente aéreo" mediante helicópteros para brindar asistencia y suministros. Tras semanas de trabajos de limpieza, muchas viviendas dañadas no se reconstruyeron, y la población disminuyó.


A pesar de la devastación, este desastre marcó un nuevo comienzo. Se construyó un nuevo pueblo y se dedicó una calle a las víctimas, llamándola "calle 14 de octubre". Recientemente, se ha restaurado una fuente en memoria de quienes perdieron la vida en la riada de 1957, honrando la resiliencia de la comunidad frente a la adversidad.


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