Documento elaborado a partir de la documentación de Belardino Fernández
Fervienza, alcalde de Somiedo; Sabino Blanco Junquera, primer director del
Parque Natural de Somiedo y José Alba Alonso, profesor titular de Economía
Aplicada de la Escuela de Ciencias Empresariales de la Universidad de Oviedo.
El inicio del proceso de desarrollo local del municipio
asturiano de Somiedo se desencadena a partir de su declaración como Parque
Natural. Hasta entonces Somiedo destacaba por constituir uno de los términos
municipales más deprimido, aislado y abandonado de Asturias. Así pues, se
podría decir que Somiedo encuentra su camino hacia el futuro a partir de su
puesta en valor de sus singulares y característicos elementos de identidad, de
su destacada diversidad ecológica y de su contrastada personalidad cultural.
Quizá, la principal conclusión que se puede obtener del modelo aplicado en el
caso del Parque Natural de Somiedo es que, por una parte, el establecimiento de
un clima de confianza entre los responsables gubernamentales asturianos, el
Ayuntamiento y los vecinos, y por otra, una percepción ilusionada y entusiasta
de las posibilidades de sus recursos endógenos, constituyeron los cimientos
para el despertar el espíritu emprendedor y el surgimiento de numerosas
iniciativas empresariales locales.
Encuadre territorial
El municipio de Somiedo se encuentra en la vertiente
septentrional de la Cordillera Cantábrica al suroeste de Asturias. Con una
población de unos 1.600 habitantes y casi 30 km2 en un territorio
netamente montañoso comprendido entre los 400 y los 2.200 metros de altitud.
Por sus características biogeográficas constituye uno de los lugares más
representativos de los ecosistemas de montaña del norte de la Península Ibérica.
Con una morfología que conserva las trazas del modelado glaciar, y una
vegetación con predominancia del bosque de hayas y robles, alberga una de las
poblaciones de Oso Pardo más importante de Europa Occidental y una amplia
variedad de especies naturales propias de las montañas Cantábricas.
Por otra parte, Somiedo mantiene un importante patrimonio de
la cultura rural fruto de la vinculación entre los usos y sistemas de
doblamiento y el medio. El resultado es una estructura territorial articulada
entorno al aprovechamiento ganadero, en la que perviven, como singularidad más
destacada, las brañas, lugares situados en los pastos de altura en las que los
pastores, que pasaban los meses de primavera y verano atendiendo el ganado,
edificaron un inteligente conjunto de arquitectura tradicional en el que
destacan las características cabañas con techo vegetal y otros equipamientos
complementarios.
Situación de Partida
Las condiciones de subsistencia, y las dificultadas propias
de una geografía de montaña secularmente aislada de las zonas más desarrolladas
de la región, propiciaron que buena parte de lapoblación somedana emigrará en
busca de otras alternativas de vida. Esa es la principal razón de la quiebra
demográfica de los seis mil habitantes registrados en los años de mayor
densidad poblacional se llegó al millar y medio a mediados de la década de los
ochenta. Al despoblamiento hay que añadir el paulatino decaimiento de las
actividades tradicionales.
Los primeros pasos: La declaración de Somiedo como Parque
Natural
La existencia, como ya hemos dicho, de un variado y singular
patrimonio faunístico, de una peculiar morfología geológica y de unos
originales usos del territorio, vinculados a la denominada cultura vaqueira y
los pastores trashumantes, así como de un destacadísimo patrimonio
arquitectónico rural, contrataba en Somiedo con las evidencias del declive
social, económico y culturad de sus habitante. En estas evidencias, radica el
principal argumento esgrimido por el Gobierno del Principado de Asturias para
que el 10 de junio de 1988 se apruebe la declaración de Somiedo como Parque
Natural, con el objetivo de conservar su patrimonio y contribuir con ello a la
mejora de las condiciones de vida de la sociedad local. El proceso previo de
declaración constituyó un excelente ejercicio de participación de la sociedad
local y, sin duda, supuso a la postre el mejor argumento para garantizar el
éxito de la declaración. Los somedanos no sólo estaban mayoritariamente de
acuerdo don la declaración de Parque Natural sino que, además, estaban
dispuestos a implicarse en su consolidación. El éxito de la declaración y del
posterior desarrollo del plan de uso y gestión estuvo basado tanto en el
consenso previo de la sociedad local como en la cooperación entre el
Ayuntamiento y la Administración regional, que fueron capaces de articular sus
actuaciones para conseguir que los somedanos empezaran, después de un largo
letargo, a apostar por su futuro.
Reactivación económica, social, cultural y patrimonial de
Somiedo
En opinión de José Alba, las principales evidencias de la
reactivación de Somiedo atribuibles a la declaración de Somiedo como Parque
Natural, son las siguientes:
Contención de la pérdida de población y de la
desestructuración demográfica. Se frenó la disminución, e incluso puede
hablarse de una pequeña recuperación del número de habitantes de hecho. En
cuanto a la mejora de la estructura poblacional, cuyo envejecimiento era
extremo, puede constatarse la existencia de jóvenes que plantean su futuro en
el territorio somedano. En tal sentido, la participación de algunos de ellos en
los programas de la Escuela Taller Municipal fue seguida de la creación de
pequeñas empresas vinculadas mayoritariamente al turismo rural y alternativo.
Por otra parte, se han implicado en el proceso de desarrollo algunos somedanos
emigrantes u oriundos que han retornado a la zona para afrontar inversiones
que, pese a su pequeña magnitud, son muy importantes tanto en el efecto
económico directo e indirecto como en la referencia que constituyen para los vecinos.
Mejora de la calidad de vida en el municipio así como de las
condiciones de trabajo agropecuario. Se paliaron importantes carencias en
infraestructuras de comunicación –carreteras, acceso a aldeas y brañas,
teléfonos, etc.-, de saneamiento y se mejoraron las condiciones de trabajo
ganadero. Estas mejoras en los equipamientos ganaderos, en especial los accesos
a los pastos y el incremento de medios para el manejo del ganad, han redundado
en beneficio de los aprovechamientos tradicionales, lo que supone en la
práctica la explotación extensiva, en la capacidad financiera existente –a las
ayudas oficiales hay que sumar la mayor acumulación vía ahorro y la interacción
con otras actividades- y el dinamismo de otras ramas productivas, que
constituyen un ejemplo de adaptación a las nuevas condiciones.
Integración socioeconómica en actividades inéditas y
percepción de nuevos valores. El universo al que orientan su actividad
productiva los vecinos de Somiedo se ha ampliado. La conciencia de la
existencia de un mercado con características distintas a las que la demanda
zonal ha permitido la utilización de recursos no comercializables en el entorno
rural tradicional. Además, es preciso constatar otros aspectos de interés:
mejor y más fácil comunicación social con el exterior; percepción del cambio en
ciertos valores, como el pronunciamiento mayoritario de los vecinos hacia la
conservación de la naturaleza como un objetivo deseable y, sobre todo, la
valoración que los propios somedanos hacen de su patrimonio cultural, como un
recurso valioso que les permite plantear iniciativas de aprovechamiento
económico basadas en la ventaja competitiva de disponer de unas condiciones
naturales, y culturales, singulares y no reproducibles que se hace
imprescindible conservar.
Desarrollo de los servicios turísticos. Se ha configurado un
emergente sector servicios, que era prácticamente inexistente en el ámbito
privado con anterioridad a la declaración del Parque. En los últimos años se
han creado más de 20 establecimientos de hostelería de muy diverso tipo en una
zona donde apenas existían anteriormente dos o tres alojamientos muy
rudimentarios.
Si bien es cierto que la declaración del Parque Natural
contribuyó notablemente al desarrollo socioeconómico también lo es que en lo
relativo a la conservación del patrimonio natural más sensible –en especial la
población de oso pardo- los resultados de estos diez años de gestión no pueden
considerarse, ni mucho menos, demasiado esperanzadores. Y ello a pesar de los
esfuerzos acometidos en materia de control, vigilancia, sensibilización y lucha
contra el furtivismo. Lamentablemente la población de oso pardo, como indicador
de la calidad del hábitat de este ecosistema de montaña, se mantiene en una
situación de riesgo y aún dista de presentar síntomas de recuperación. En este
asunto, los especialistas no se ponen de acuerdo, mientras algunos manifiestan
que la situación es similar a la existente antes de la declaración, otros, sin
embargo, propugnan que ha empeorado y que la razón debe buscarse en la mayor
presencia de personas ajenas a la comunidad tradicional –es decir turistas-, la
persistencia de incendios que aunque menos frecuentes que antaño todavía
castigan con más frecuencia que lo deseado determinadas zonas sensibles del
parque y los desequilibrios poblacionales de otras especies de la fauna
salvaje, como el jabalí y el venado. Ante esta circunstancia Somiedo se
enfrenta al nuevo milenio con el reto de diversificar su economía –demasiado
dependiente en estos años del turismo rural como fenómeno emergente-, recuperar
de forma rentable y sustentable los oficios y los usos tradicionales del
territorio, generar condiciones para incrementar la producción agroalimentaria
de calidad basada en las producciones y variedades locales, poner en valor el
patrimonio etnográfico, encontrar el equilibrio entre las necesidades de
modernización de los núcleos rurales y la rehabilitación de su arquitectura
tradicional, regular las dinámicas de sus ecosistemas y garantizar la
viabilidad de la población de oso pardo por medio de la integración entre las
políticas locales y regionales de conservación y desarrollo rural.
En noviembre de 2000, se produce la declaración de Somiedo como Reserva
de la Biosfera del programa MaB de la UNESCO lo que supone, sin duda, una nueva
oportunidad para reforzar la gestión del Parque hacia planteamientos de
sustentabilidad.
"EL DESARROLLO SOCIAL DE LAS ZONAS RURALES DEPENDERA DIRECTAMENTE DE LOS VALORES ECOLÓGICOS Y DE LA IMPLICACIÓN DE LOS ACTORES EN LA CONSERVACIÓN". "DEL MISMO MODO LA CONSERVACIÓN VA HA SER DEPENDIENTE DEL DESARROLLO RURAL".