A punto de salir a
nuestro viaje de naturaleza a Rumania con los alumnos de la EFA Malvesía, los
naturalistas de ECOWILDLIFE queremos hacer unas recomendaciones a la hora de
optimizar las observaciones y disfrutar de la espectacular fauna de aquellos
territorios.
Nuestra ecoexpedición
se centra en dos grandes unidades geográficas muy distintas entre sí: los Cárpatos
y el Delta del Danubio.
En los Cárpatos,
nuestros objetivos faunísticos principales son los grandes carnívoros, un
triunvirato formado por el oso pardo, el lobo y el lince boreal. La clave para
poder llegar a realizar avistamientos es obedecer en todo momento las
instrucciones de nuestros guías, que conocen el comportamiento y hábitos de
estas especies. Conocen si hay que buscar al oso en el interior del bosque.
Porque busca allí el ajo de oso (Allium ursinum), muy codiciado por ellos en
primavera, o pasta en los prados. Saben si el esquivo y dificilísimo lince
boreal acecha en los claros del límite del bosque a los corzos. Los recechos
los debemos hacer en silencio absoluto, caminando por la hierba del margen del
camino, haciendo las paradas pertinentes para observar las zonas por las que el
lobo tiene querencia para campear, por los que el lince acecha sentado o la osa
puede aparecer con los oseznos. Nuestro vestuario ha de ser de colores
discretos, marrones, ocres, verdes… nada chillones, para evitar delatarnos y
deberemos tener nuestros sentidos alerta, porque las observaciones pueden ser
fugaces.
El siguiente tipo
de observación será en un observatorio dispuesto en un hermoso valle forestal.
Allí se suele observar oso pardo y, en ocasiones lobo. Nuestro comportamiento
en el interior será tranquilo y paciente, hasta que empiezan a aparecer los
animales, con el crepúsculo. Hemos de tener máxima precaución con no utilizar
el flash de las cámaras y guarda silencio para que los osos y los lobos se
dejen observar y fotografiar a placer.
En los marjales,
lagunas y canales del Delta del Danubio pasearemos en barca, recechando a las
aves y a algún carnívoro como el perro mapache (Nyctereutes procyonoides),
reciente colonizador del este humedal. Como siempre con la fauna, debemos de
ser discretos y silenciosos, escuchando las indicaciones de nuestro guía, con
el que descubrimos un espacio natural único y sobrecogedor, poblado de una
fauna irrepetible.
Jose Carlos de La Fuente
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