El pasado puente de
Octubre, decidimos pasar unos días en contacto con la Naturaleza. Nuestra
primera parada antes de llegar a nuestro destino fue una visita rápida a
Morella. Allí ya empezamos a disfrutar del encanto de la zona y aprovechamos
para comprar algunas provisiones y detalles a base de productos típicos de esta población (paté de jabalí, mistela, vino, queso, jamón...). Acto seguido nos
dirigimos hacia la Colonia Europa, un alojamiento rural en Fredes. Allí nos instalamos la noche del
viernes y los dueños nos recibieron con una suculenta cena casera a base de
productos autóctonos.
A la mañana
siguiente, nos acercamos en coche hasta el Pinar Pla desde donde iniciamos
nuestra primera ruta. Ruta circular que asciende hasta el Tossal dels Tres
Reis, donde se encuentra un punto geodésico (1.356 m), justo en el vértice
donde concluyen las tres comunidades autónomas (C.Valenciana, Aragón y
Cataluña).
Una vez en el
coche, regresamos a la Colonia Europa para reponer fuerzas donde volvimos a
degustar una suculenta comida típica de la zona. Para este día, decidimos
buscar alojamiento en una casa rural en el Boixar, otra pequeña población con
encanto.
La mañana del
domingo, realizamos una salida en grupo desde Fredes encabezada por un guía del
parque natural, que incluía explicación de la fauna y flora de esta zona. En
esta ruta, dura por su gran desnivel, visitamos “El Portell de l’Infern”, “Salt
de Robert” y “Mas del Peraire”. Destacar la increíbles vistas que nos deparaba
el entorno a medida que íbamos cogiendo altura. Impresionantes panorámicas con
las diferencias de cromaticidad de color entre los pinares en combinación con
los hayedos, típico del otoño.
Para nuestra
tercera noche, fuimos invitados al “Mas de Tana i Rosa”. Espectacular cena y
mejor compañía con unos anfitriones de lujo. Partidas de parchís, mistela,
música clásica, noche lluviosa, lumbre e infinidad de anécdotas para el
recuerdo.
El despertar de
nuestro último día en la Tinença, fue con una agradable sensación de humedad que
había dejado la lluvia de esa noche, mezclada con los rayos de sol que
empezaban a asomar entre los árboles de la montaña. Al haber llovido tanto, decidimos
retrasar el inicio de la ruta en espera de que se secase un poco el terreno. Nos
dirigimos hacia Castell de Cabres, donde nos esperaba un señor almuerzo en el
bar La Espiga, curioso lugar donde, gracias a la confianza de los dueños con
Tana, Rosa y Albert, son ellos los que eligen lo que va a salir a la mesa, en
lugar de hacerlo los comensales.
Tras el contundente
almuerzo, cogimos el coche hacia el Coratxar desde donde iniciamos nuestra
última ruta, encabezada por nuestro gran amigo y guía de lujo Albert, gran
amante y experto de la montaña, especialmente de esta zona. Esta ruta, muy
recomendable al igual que las anteriores, fue impresionante por sus vistas y
encanto del paisaje, pero además contó con el aliciente de la visita a cuatro
árboles monumentales: “El Cadec”, “La Uela Carrasca”, “El Pi de les Dotze
Branques” y “El Pi Pichi”. Cada uno de ellos, cuenta con un encanto especial
que los hace únicos en muchos sentidos.
Aquí podríamos
decir que estaría el punto y final de nuestro viaje pero, las ganas de más con
las que nos ha dejado este paraje harán que sea un punto y seguido, ya que
estamos buscando fecha en nuestro calendario para volver y seguir DESCUBRIENDO
LA TINENÇA DE BENIFASSÀ…
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