domingo, 18 de noviembre de 2018

Hacia rutas por las vegas del Sur madrileño - Valores naturales: flora y geología -



En la anterior entrada ( recuerda aquí ), presentamos el preámbulo del que sería nuestro objetivo: conocer la confluencia entre dos de los tres grandes ríos que atraviesan el Parque Regional del Sureste madrileño. Y daos a conocer la maravillosa riqueza que encontramos en el entorno: fauna, flora, geología y costumbres propias del lugar.

Para ello elegimos el termino municipal de Titulcia, y sus alrededores; siguiendo una de las rutas por las vegas del Sur madrileño.

¡ Acompáñanos en la aventura de nuestro próximo trayecto hacia el gran encuentro de los ríos sureños en la Comunidad de Madrid !

Imagen libre y editada por el autor de la publicación

Valores naturales:  geología y flora

En el trayecto hacia nuestro objetivo -  conocer el entorno de ribera en la confluencia de los ríos Tajuña y Jarama - encontramos un desnivel aproximado de 130 msnm, donde se aprecia perfectamente y nos mete de lleno en la geología de las vegas del sur madrileño:


Imagen obtenida con Wikiloc y editada por el autor de la materia


Antes, conozcamos un poco, la geología característica y producto de la "ontogenesis" del Tajo en las vegas de nuestro ENP: la depresión o fosa del Tajo es la unidad geomorfológica de menor altitud de toda la provincia de Madrid, en cuyos margenes del propio río, alcanza la cota más baja de 480 msnm. 

Presenta un relieve accidentado, cuyas zonas altas parecen mesas; y los cerros, testigos del Terciario, dibujan las zonas bajas las terrazas fluviales donde predominan los materiales cuaternarios


Foto propia del "Alto Cenador" 


Entre medias de ambas zonas se desarrollan una serie de escarpes, abruptos, provocados por los procesos erosivos sobre las formaciones de origen sedimentario.

Foto panorámica propia: las vegas del Tajo


Los materiales que encontramos en los páramos, margas y yesos de los escarpes, son predominantemente las calizas;  y en zonas altas y aluviones, grava caliza, formando las terrazas fluviales

Las calizas de las zonas más altas son relativamente permeables; no así las margas y los yesos, que tienen un comportamiento prácticamente impermeable, lo que facilita la aparición de rezumaderos y manantiales de agua en las laderas. 

Ejemplo de ello es la Laguna de San Juan, que como en el resto de lagunas protegidas en territorio madrileño, supone un escenario espectacular de variedad y riqueza en avifauna y flora palustre.

Foto propia: Refugio de Fauna Laguna de San Juan


La flora del entorno se clasifica altitudinalmente en función de la cercanía a los distintos cauces de los ríos Jarama, Tajuña y Tajo. Así, en los sotos y riberas de los ríos, nos encontramos primero con los alisos y los sauces, junto a la profusa vegetación palustre de juncos, carrizos, etc, que se desarrollan al borde del agua. 

Foto propia: sp. Salix alba (Sauce) 

Foto propia: Carrizos (Phragmites australis) en los margenes del río Jarama

Algo más apartados aparecen los chopos, de porte más alto y alargado que los anteriores y que crean una densa penumbra característica de estas riberas. 

Foto propia: sp. Populus nigra ( Chopera cercana a la ribera del río Jarama)


Los olmos, cuya altura es similar a los chopos, quedan más alejados del agua, y han sufrido una regresión bastante acusada en las últimas décadas debido a la grafiosis (enfermedad que tapona los vasos impidiendo el transporte de la savia y que acaba con la muerte del árbol). Aún así, se puede disfrutar de algunos ejemplares bien conservados en la zona:

Foto propia: sp Ulmus minor ( Olmo en lateral de Vía Pecuaria)


Por último, el taray: está entre las especies riparias y cierra las formaciones ribereñas dando paso a las especies vegetales propias de la campiña.

Foto propia: Tamarix ( Taray al lado de campo de cultivo)

Foto propia: campo cultivo en las vegas de los ríos Jarama, Tajuña y Tajo




A medida que nos alejamos del agua, la vegetación se hace más esteparia como medida de adaptación a la sequedad y calor de los páramos. Es el espacio reservado naturalmente para las encinas y otras especies afines, aunque, desde tiempo inmemorial, estos terrenos han sido colonizados por los humanos para sustentar cultivos como el cereal, en los espacios llanos, o el olivo y la vid en los de relieve más escarpado. 

Este paisaje, sin ser natural, tiene una belleza simétrica de estampas multicolores que van variando del verde al pardo en función de la época del año y de los que hay que disfrutar en un alto para apreciar en toda su belleza el cromatismo de las distintas parcelas cultivadas, salpicadas aquí y allá por las hileras de viñedos que dan una nota de color a la terrosa superficie arada.

Foto propia: vista desde los cerros próximo a las vegas del Jarama y el Tajo


Pues hasta aquí por este maravilloso recorrido de las vegas; espero que os haya gustado lo que hemos visto hasta ahora. Pero no os perdáis la próxima entrada aquí: ¡ descubriremos más cosas enriquecedoras sobre nuestro ENP, y será un autentico placer poder compartirlas !




¡ Hasta la próxima !



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