8.50 AM, ya lo tenemos todo preparado para salir (incluido el kit de supervivencia de mi hijo, que insiste en llevárselo, no vaya a ser que lo necesitemos). Nos espera un gran viaje…pero no adelantemos acontecimientos…antes me gustaría situarles.
Estamos en Extremadura más concretamente en Cáceres, la gran desconocida de España( tanto la ciudad como la provincia), de inmensas dehesas y su cerdo ibérico, donde las cigüeñas encuentran su hogar y anidan a sus anchas como si las mismas ciudades les perteneciesen, principalmente en Malpartida, elegido como “Pueblo de la Cigüeña”.
Cáceres es también mesa y mantel, en otoño, desde la propia ciudad salir t en pocos kilómetros recoger los maravillosos boletus aéreos y edulis, y la magnífica amanita cesárea. Es la tierra de las maravillosas tortas del casar y Valdefuentes, un error que se convirtió en un manjar. Nadie conoce el origen real pero si que se tiraron miles de ellos porque quedaba aplastado al hacerse. Hasta que un pastor lo probó y descubrió que ese queso se untaba y que su sabor era de un gusto exquisito. O su desconocida Patatera picante, también untable y de color similar al chorizo, que si les digo que esta hecha con grasa de cerdo y patatas en puré, quizás frunzan el ceño. Pero que un amigo mío en su tienda de productos típicos( Extreibéricos de Zeus Carrero, si vienen no duden en visitarlo), cuando la gente de fuera viene a comprar los maravillosos quesos, lomo, jamón y chorizos, les regala una patatera( su precio es irrisorio, sobre unos 4€ la pieza). La siguiente vez que vuelven lo primero que piden es justamente las humilde Patatera.
Pero no nos quedemos sólo sentados a la buena mesa, el espíritu y los ojos curiosos no podrán reposar en una ciudad Patrimonio de la Humanidad, donde entrar y perderse en una tangible regresión a la edad media, a la época de los conquistadores, de los hijosdalgos, de las américas y los indianos. Lugar de rodajes, nacionales e internacionales, como la celebérrima serie de Juego de Tronos, la cual rodó una de sus grandes batallas de la sexta temporada.
Pero no nos desviemos, mi hijo necesita poner a prueba su kit de supervivencia, estamos de viaje, camino de las Hurdes a 151km al norte Cáceres. Esta comarca es un espacio geográficamente homogéneo, caracterizada por relieve montañoso con cotas que sobrepasan los 1000msnm entre las que se diferencian claramente 5 valles. Ocupa una extensión de casi 500km2 repartidos en 6 municipios. Dentro del Sistema Central, se encuentra delimitada, al norte y noroeste, con la provincia de Salamanca, al suroeste con la Sierra de Gata y al sureste con los municipios de la comarca Trasierra-Tierras de Granadilla. Su baja densidad de población, apenas 6500 habitantes, atraen al viajero por su pureza y el halo de autenticidad rural que la envuelve con una economía basada en el sector primario, poco desarrollado, de la apicultura, el olivar y la selvicultura. Aunque parece que el turismo empieza a introducirse y va despuntando.
El 50% del territorio es monte maderable, pero desgraciadamente se ha visto reducido por los incendios. Pero aun así la extracción de madera es una importante actividad de esta Mancomunidad. El cultivo más importante es el olivar, sobre todo de aceituna de mesa de la variedad “manzanilla cacereña”, aunque el cerezo va ganando terreno.
En la ganadería de las Hurdes la actividad más importante como he mencionado es la apicultura, especialmente en la zona de Ladrillar que con tan sólo 334 habitantes tienen 18.000 colmenas. Su producción roza el millón de kg anuales de miel. La industria no existe y comercialmente es el comercio minorista el que abastece a estas gentes y sus tierras.
Se dice que las Hurdes son la autentica simbiosis entre el ser humano y la naturaleza…donde ambos habitan en paz. Unamuno dijo una vez…”Si en todas partes del mundo el hombre es hijo de la tierra, en Las Hurdes la tierra es hija de los hombres.” Un lugar donde el ser humano se ha adaptado a la tierra, y esta a las necesidades del el, cada roca ha servido de cimiento para toda una cultura tanto arquitectónica y gastronómica, como tradicional. Una frase típica de los hurdanos “largos y espesos son los silencios que se extienden por la historia de esta comarca.”
Cuando se deja atrás poco más de la mitad de trayecto hacia nuestro destino, empezamos a ascender montañas y dejamos las inmensas dehesas del “Serengueti extremeño”. Para sumergirnos en un paisaje repleto de pinos, brezos y pizarras. Nos falta poco para llegar…aunque si miramos hacia la izquierda nos infringe respeto un abismo, de fácilmente 100 metros de altura sin ningún tipo de protección, sin ser amigo de alterar el paisaje pero algún tipo de protección para evitar disgustos estaría bien.
Por fin pone EL GASCO, una alquería con 150 habitantes en la cual hay varios artesanos que trabajan la piedra y la madera. Estos construyen casitas pequeñas con la estructura de las viviendas hurdanas, muy típicas y de adornos. Su restaurante por excelencia es El bodegón y su plato estrella “el limón de las Hurdes” que es una ensalada que mezcla los sabores.
Al llegar allí, parece que hemos retrocedido en el tiempo mas de 80 años, mas allá de la Guerra Civil. Como si el tiempo se hubiese detenido y pocas personas que residen también. Las casas, la forma de vestir y de hablar que no podemos entender, parece que hablan en otra lengua.
La gente se dedica a recoger aquello que siembra y al ganado, increíblemente a un se puede ver a un burro salir de una casa en dirección a sus quehaceres como animal esencial en las labores más duras del campo. En la pequeña plaza del pueblo hay una pequeña fuente, con un cartel que no asegura su potabilidad, donde los aldeanos van a recoger agua.
Aquí la carretera ha llegado a su fin, literalmente no hay más. Saco mi teléfono para llamar y cual es mi sorpresa que no tengo cobertura de ningún tipo, mi mujer tampoco, por lo que estamos incomunicados.Me encojo y empiezo a pensar en el kit de supervivencia de mi hijo.
Pero, realmente, aunque sea de forma fortuita, Las Hurdes nos va a permitir, pasar un día completo sin saber nada del exterior, sólo nosotros y la naturaleza…
Comienza la ruta de ascensión hasta el CHORRO DE LA MEANCERA un lugar de culto. Atravesamos la pequeña aldea para empezar a seguir el cauce de un pequeño riachuelo, estamos en la llamada España húmeda, que nos llevara a nuestro destino. Los niños están emocionados, por las inmensas piedras a las que pueden ir subiendo mientras avanzamos y por las muestras de la fauna que vamos viendo. Mira papa ¿qué tipo de ave es ese? Un Águila Culebrera!
La subida se empieza hacer algo más complicada y empezamos a dejar a nuestra izquierda el poblado y el cauce del riachuelo. Un lagarto verdinegro nos viene a saludar entre las características pizarras que inundan el paisaje.
El lugar está muy bien señalizado mediante marcas en las piedras y algún que otro cartel. Por el camino hay un merendero, con barbacoa y mesas esculpidas en piedra, justo pegado a el cauce del otro riachuelo, que nos llevara al chorro de la Meancera.
El camino ha sido restaurado y han puesto un puente de madera para poder subir hasta el Chorro, ya que hasta hace unos años había que hacerlo a través de las piedras del riachuelo o si el cauce del agua era alto, dando una gran vuelta. El paisaje recuerda mucho al que hay en la comarca del Jerte, los pequeños saltos de agua parecen una especie de toboganes de agua .El desnivel cada vez es más grande, nos rodean montañas hasta donde nuestra vista alcanza, sólo naturaleza, nosotros y el kit de supervivencia.
Las inmensas piedras del lugar, que algunas no sabemos ni como están sujetas, están pitadas de un llamativo verde claro, los niños comentan que parece que alguien se ha dedicado a pintarlas con rotuladores, no es otra cosa que la simbiosis de las algas y hongos dando lugar a los vistosos líquenes.
Llegamos por fin al ansiado lugar, el recorrido desde el poblado no tiene ma de 2 kilometros, pero entre la subida, el admirable paisaje, y su rica fauna que atrapa la curiosidad de los niños y adultos nos ha llevado una hora en llegar.
La caída de agua es alucinante, difícil describir con palabras, un cortado de roca que parecen pizarras de más de 100 metros de altura y el agua cayendo por un pequeño agujero. El agua golpea con tal fuerza el suelo que prácticamente tenemos que hablar a voces para poder escucharnos. Nos preguntamos de donde sale todo ese agua, ¿nace allí filtraciones de la tierra tal vez? ¿aguas subterráneas quizás? Pero no!! por encima pasa el Río Malvellido que nos agasaja con semejante espectáculo.
Pero no somos los primeros en cautivarnos por este lugar, según cuentan los vecinos, desde antiguo este apartado lugar es merecedor de su propia leyenda. Se dice que tras la cascada hay 3 entradas prácticamente idénticas en las cuales los musulmanes escondieron unos cofres llenos de oro. Pero ahí no termina la cosa, se dice que después de esconderlo, lo hechizaron para si alejar a los ladrones. Y si encontraras la cueva, e intentaras entrar, unas manos invisible, te empujan hacia fuera para que no te adentres y robes el tesoro. Aquellos que consigan entrar a pesar de las manos invisibles, les espera un destino peor, ya que la cueva se convierte en un laberinto con miles de bifurcaciones que ponen a prueba tu cordura y con un desenlace fatal, ya que acabarás atrapado en ella de por vida.
Mis hijos y mis sobrinas, comandadas por mi suegro y mi cuñado se ponen a buscar las cuevas, sin temor ni desaliento, buscan con afán las tres cuevas, hallando miles de pequeñas aberturas. Pero ninguna lo suficientemente grande para que pueda entrar nadie. quizás sean esas manos invisibles que impiden nuestra entrada. Por lo que acabamos fallando en nuestra misión. la cueva continua siendo sólo una leyenda. Empieza el camino al lugar de partida…nos dirigimos a un lugar en el que llevo pensando todo el día…
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