martes, 1 de diciembre de 2020

Y para finalizar...

 



Me sabe mal mis queridos lectores pero como la vida misma, todo tiene un principio y un final y ahora mismo tengo que decir que esta será la última entrada. Sin embargo no pienso dejaros con un sabor amargo antes de irme. Aquí y ahora voy a invitaros a que vengáis al Parque Natural de la Font Roja y que disfrutéis de verdad de una fuerte dosis de naturaleza. Estoy segura de que atraparé vuestro convencimiento.

No me preguntéis cómo ni por qué, pero el medio ambiente tiene algo que te cautiva. Cuando no encuentras ninguna salida, cuando parece que hasta la más mínima brizna de esperanza se apaga, aparece ella y te abraza. Con cada salida a la montaña siento como que me encuentro en mi casa, siento que por fin encuentro esa paz que muchos buscan pero que muy pocos encuentran.


Mar de nubes en la Font Roja. Foto propia

A día de hoy tengo numerosos compañeros que no saben lo que es el silencio; ocurre que sus vidas están tan ajetreadas que ya lo ven cómo algo normal, no saben "poner el pausa" ni desconectar unos segundos. Por eso mismo, yo os invito a que realicéis una actividad consciente y os aseguro que veréis las cosas muy diferentes.

Cuando planeéis vuestra visita al Parque Natural de la Font Roja quiero que vengáis con otra mentalidad. Vais a disfrutar y vais a recargaros con creces de energía pero para ello tenéis que poner los pies sobre la tierra y disfrutar que cada estímulo que tengáis a vuestro alrededor. No solo lo agradeceréis vosotros mismos, si no que la propia naturaleza también. Sentidlo todo, cada brisa de aire, el silencio, el susurro de las hojas de los árboles cuando chocan con el viento...

Cuando empezáis a conocerla desde otra perspectiva todo cambia y hasta el más mínimo detalle capta tu atención. Entonces ya es cuando empiezas a cuestionarte todo lo que ves o incluso te sorprenderás por la fauna que te acompaña cuando menos te lo esperas.

En nuestro caso, en la Font Roja, nos lo ponen muy pero que muy fácil. Pues se dispone de varias zonas recreativas divididas por todo el Parque, donde podréis disfrutar de una pequeña merienda tranquilamente a la par que el sol va escondiéndose y pintando todo el cielo de tonos rosados y rojizos. Por otro lado, también se dispone de una zona de acampada  (no olvidéis que antes se debe pedir un permiso para ello) la cual yo os la recomiendo muchísimo, principalmente en verano, que es cuando se dispone de un clima mucho más agradable en la noche. 


Zona recreativa que se encuentra en frente del Centro de Interpretación. Foto propia


Y luego ya, siguiendo con lo dicho, para que la experiencia sea más estimulante os recomiendo dos rutas muy conocidas. En primer lugar tenemos la subida al Menejador o el Barranc del Infern.

La primera, la de la subida a la cumbre del Menejador, se trata de una ruta circular muy sencilla de unos 7 km aproximadamente. Además es apta para todo el público, pues no presenta ninguna dificultad técnica y los atractivos naturales y culturales rebosan por toda ella.


Bajando tras el Menejador. Foto propia



Por otro lado, la ruta del Barranc del Infern, también circular, consiste en unos 5 km aproximadamente que transcurren por senderos más íntimos que te adentran en el punto más salvaje del Parque. En este momento carrascas, pinos y numerosas enredaderas se entrelazan para adentrarte más en la experiencia.


Obra de Gabriel Miró. Foto propia


Subida al Barranc del Infern. Foto de Linkalicante.com

Sobre estas rutas, podremos encontrarnos numerosos ejemplos de las temáticas tratadas en las entradas anteriores. Ya sean amplias especies de lepidópteros, especies de aves que os acompañarán tras las rutas de los árboles o los abundantes ejemplos de las evidencias culturales que descansan por el Parque.

Un escenario interesante y muy atractivo para que los más pequeños puedan curiosear un poco se trata de una pequeña cueva que se encuentra al principio de estas dos rutas. Hablo de la Cueva Helada que como bien indica su nombre, este espacio se caracteriza por el aire frío que asciende desde grandes profundidades.

Cueva Helada. Foto propia


En cuanto a la señalización, podéis estar más que tranquilos pues no cabe ningún lugar a la perdida. Los senderos están más que marcados, encontraréis numerosos postes señalando el camino y además hay montones de marcas muy visibles indicando el recorrido. De todos modos, os pido que toméis nota de la imagen inferior para vuestra posterior ruta y tenerlo aún más claro. El riesgo es lejano pero igualmente es muy importante ir preparado para cualquier ruta. Por eso os informo que es importante que antes de cada salida miréis la predicción meteorológica. Por otro lado, es fundamental llevar un calzado y una vestimenta adecuada e importantes provisiones: linterna, manta térmica, comida, agua, etc.


Señalización Cava de la Coloma. Foto propia.


Señalización de senderos.


Ahora llegó el momento de despedirme. Quiero deciros que para mí ha sido una experiencia muy gratificante y fructífera el hecho de ir plasmando entrada tras entrada las vivencias y conocimientos que he podido ir acumulando sobre el Parque Natural de la Font Roja. Estoy segura de que lo habréis disfrutado con creces y que os servirá de provecho en vuestra próxima visita. Por último, no me queda más que daros las gracias, pues con vuestra ayuda la riqueza medioambiental está ganando la importancia que se merece. En la naturaleza es donde encontraremos nuestra verdadera casa.

Puesta de sol en la Font Roja. Foto propia








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