Charles David Keeling nació en Scraton, (Pensilvania), el 20 de abril de 1928 y falleció el 20 de junio de 2004 a la edad de 77 años. Después de graduarse en la carrera de química realizó el postgrado en el Instituto de Tecnología de California; Keeling diseñó un instrumento para medir el nivel de CO2 en la atmósfera.
En
1958, con el apoyo de la Scripps Institution of Oceanography comenzó a medir el
nivel atmosférico de CO2 en la cumbre del volcán Manua Loa, en la
isla de Hawai. Keeling realizó dos importantes descubrimientos; primero, que el
CO2 presentaba una oscilación estacional en forma de dientes de
sierra debido a la fotosíntesis en el hemisferio norte; segundo, la
concentración de CO2 aumentaba cada año.
Cuando
Keeling mostró sus estudios a la comunidad científica sobre la concentración de
CO2 en la atmosfera, explicando cómo éstos gases contribuyen al
efecto invernadero y lo que dejaba entrever la curva de las mediciones de Manua
Loa, muchos científicos eran reacios a creer que estas ideas tendrían un efecto
visible en el clima terrestre, ya que se creía que el planeta era capaz de
absorber los gases procedentes de combustibles fósiles.
Sin
embargo con el paso del tiempo, y las mediciones tan precisas que realizaba se
confirmó lo que Keeling ya proclamaba, la acumulación de CO2 en la
atmosfera era mayor y aumentaba año tras año, debido a la mayor actividad
industrial.
La
influencia del trabajo de Keeling llegó además del ámbito académico, a
decisiones políticas internacionales como el protocolo de Kioto. El ex vicepresidente
Al Gore dedicó su vida a luchar contra el cambio climático cuando en su etapa
de estudiante vio por primera vez la curva ascendente de Keeling.
A
finales de los años 50, cuando comenzó con las mediciones, la concentración de
CO2 era de 315 partes por millón (ppm), y a finales de 2009 era de
385 ppm.
En
los años 90, los gráficos de Keeling mostrando el aumento continuo de gases
contaminantes era la única información científica sobre este tema.
En
2002, George W. Bush otorgó a Keeling la Medalla Nacional de la Ciencia (máximo
galardón estadounidense dedicado a premiar a los investigadores).
La trayectoria ascendente
de las mediciones se conoce hoy como “la curva de Keeling”, que junto con la
imagen de un oso polar flotando a la deriva en un pequeño hielo en el Ártico,
se ha convertido en uno de los símbolos del cambio climático.
El
hijo de Charles Keeling, Ralph, ha heredado de su padre la insistencia en
intentar cambiar la curva que lleva su apellido, para intentar evitar el
calentamiento global. Este proceso requiere una considerable reducción en la
utilización de combustibles fósiles que estará muy presente en las
negociaciones de la cumbre de las Naciones Unidas que se celebrará en
Copenhague, y que ha de aprobar los acuerdos sobre el clima para el periodo
post-Kioto 2013-2020.
Enlaces
de interés:
La
curva de Keeling y la cumbre de Copenhague.
Video
sobre el cambio climático.
Documental:
Una verdad incómoda.
Pdf
sobre las variaciones históricas del CO2 atmosférico:
Noticia:
el cambio climático aun es reversible:
A decir verdad, no sabía nada sobre la curva de Keeling
hasta la realización de este trabajo; por supuesto todos hemos escuchado
noticias sobre el cambio climático, y sabemos lo que es y los peligros que
conlleva.
Al conocer el trabajo que realizó Keeling, creo que es
importante porque nos da información del incremento del clima e intenta que seamos
conscientes para que tomemos medidas para intentar que este incremento sea
menor, ya que si seguimos así, llegaremos a tener verdaderas consecuencias a
causa del incremento.
Raúl Rovira
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