Las siguiente historias que contaré, están relacionadas con el entorno de este paraje natural y puntos concretos; estas, me fueron transmitidas por parte del Sr. José Rodríguez Ramos ("Pepe do Fieiro"). En esta entrada, me extenderé más de lo acordado, pero ya que tengo la oportunidad de contar lo que me transmitieron, pues no me lo voy a dejar en la manga (o no todo). Todas estas historias, son una parte de las que existen pero son casi todas las que me contaron:
-Peñafiel y la cama de piedra
Para empezar, decir que lo que nosotros actualmente conocemos como el monte de Peñafiel, es una confusión que se dio antiguamente entre el verdadero Monte de Peñafiel (lo que hoy conocemos como "Monte da Ruña") y el monte rocoso de forma piramidal que era "San Quente" o "Xanquente" (Que hoy en día conocemos todos como Peñafiel). Esta confusión, se dio porque los marineros tenían un punto de referencia, que era el monte de Peñafiel (actualmente, da Ruña), por ser el punto más alto que se veía más lejos y con el tiempo, se dio la confusión de llamarle al monte de delante (San Quente), Peñafiel.
Peñafiel y el Monte da Ruña (a la derecha), vistos desde la cima del Monte Pindo. (Foto propia) |
Una vez explicado esto, pasamos a la siguiente leyenda que es referente al monte que actualmente conocemos como Peñafiel. En su punto más alto, se dice que hay una cama de piedra que a ella acudían las parejas infértiles para tener descendencia. También decir que se cree que hubo antiguamente un castillo o algo parecido, quizás un punto de vigilancia, en este mismo lugar. Sobre el Castillo de Peñafiel:
Los restos del pico Peñafiel apuntan a que probablemente aquí hubo una antigua construcción en el alto medievo. Este castillo sería destruido por los Irmandiños.
En una piedra se conserva una enigmática inscripción medieval: “REIS OBISPOS PRESBÍTEROS TODOS POR PODERES RECIBIDOS DE DIOS EXCOMULGARON AQUÍ ESTE CASTILLO”.
Parece que se refiere a la excomunión
que emitió Diego Gelmírez, arcebispo de Santiago, contra el conde de Rodrigo Pérez de Traba en
1130. Cuentan que otros 2 castillos formaban parte también de este lugar y esta
misteriosa inscripción podría considerarse una evidencia de su existencia.
(Foto: "Os montes do Pindo") |
Al día
siguiente, allá fueron los 3 al “horno de la Moa”, una pequeña cueva donde
actualmente se encuentra un merendero de otra ruta alternativa. Los hombres le
mandaron cavar en diferentes sitios y a pesar de pasar el día cavando, no
encontraron nada. Volvieron y entonces los hombres le pagaron al pastor unas 25
pesetas de plata del Rey Alfonso XII, al que este les dijo que no hacía falta,
pero ellos le pagaron igual por su trabajo desempeñado. De aquella, 25 pesetas,
era mucho dinero.
Al siguiente día, el pastor, desconcertado por lo que aquellos hombres intentaban
buscar allí, se fue el solo y se supone que encontró una gran fortuna en oro
(supuestamente parte de las riquezas de los “mouros”). Al volver, el pastor, le
dijo a su mujer:
-
“Temos
que vender os animais”.
A lo que ella respondió:
-
“Pero
se facemos eso, morreremos de fame”.
Allá se
fue el pastor con el dinero que sacó de los animales a Cádiz, emigró a trabajar
y en solo siete u ocho meses, este volvió. Con una gran fortuna.
Al llegar
a casa, este se encontró a sus tres hijos calentándose en la hoguera y les
preguntó:
-
“Meus
fillos, onde foi vosa nai?”
Le respondieron…
- “Foi pedir, e ten que volver, que senon, non temos para comer.”
Su Su padre dijo:
-
“Pois
que volva, porque a partir de hoxe, nunca máis vai ter que volver a pedir.”
Después de esto el hombre trajo una gran fortuna, una inmensa más bien, ¡se había hecho rico! Seguramente, él se llevó el oro a escondidas a Cádiz, lo guardó como si fuese su propia vida y consiguió cambiarlo por dinero corriente.
Al volver hizo una casa con piedra de cantería y aparte de eso, cuando había terrenos a la venta, él siempre los compraba, así como casas, animales, etc. La gente no se podía creer como se hubiera hecho tan rico en tan poco tiempo, pero así fue para ellos.
Este
túnel, dicen que tenía tres ramales; el primero llevaría a Peñafiel al
castillo, el segundo a un laberinto que el que entre en él, nunca más
encontrará la salida y el tercer ramal, llevaría a una sala donde habría una
chica rubia guardando un tesoro, que se dice que es la chica de las chozas que
están al norte de Peñafiel en una fuente. También se dice que cada 7 años esta
sale de la fuente, para ver quien la desencanta en el día de San Juan. He aquí,
su leyenda:
Un hombre
del Fieiro (Mazaricos), en los tiempos de antes, llevó a sus vacas a beber a la
fuente de las “chozas” y al llegar se encontró una muchacha, calcetando al pie
de la fuente y el pastor le dijo:
-E que fas aquí ti soa na fonte?
+Pois eu son un encanto, e estou encantada aquí nesta fonte;
agardando a alguén que me desencante. O que me desencante, será moi rico,
dareille moito ouro e poderase casar comigo.
El hombre desconcertado, le dijo:
-Bueno, e entón, que hai que facer para desencantarche? Pero
eu xa estou casado.
+Entonces non te preocupes, podes desencantarme igualmente,
ti quedas co ouro e eu quedo libre e solteira. Para facelo, tes que vir o día
de San Xoán antes da saída do Sol; deberás vir ti só. Da fonte sairá unha serpe
enorme, que parecerá moi mala e que te quere atacar, ti non te asustes, porque
son eu. A esa serpe, deberaslle dar 3 bicos; un na cabeza, outro no lombo e
outro no rabo, a medida que lle vaias dando os bicos, esta farase cada vez máis
mansa; cando o consigas, a serpe entrará na fonte e sairá un touro dela. Ese
touro parecerá moi bravo e dará moito medo, máis incluso que a serpe enorme; e
ti, podes facer o que queiras, coller un pau e batelo no chan, pero ao touro,
non lle pegues, porque son eu! Ese touro terás que vencelo, colleralo polos
cornos e tirarás con el ao chan; pero o que non podes facer en ningún momento é
falar de Dios! Porque se eso ocurrise, eu entraría na fonte e ata dentro de 7
anos, non volverei saír. No caso de que venzas ao touro, entrará na fonte e
sairei eu convertida en muller con moito ouro.
-E iso todo, teño que facelo eu?
+Si, o día de San Xoán antes de que saia o Sol e tes que vir
ti só e non podes falar de Dios en ningún momento.
El hombre
sorprendido por la gran historia de la muchacha, llegó a su casa y este le
contó la fascinante historia a su mujer, ella también fascinada, le dijo a él
que también quería ir; a lo que él le respondió que tenía que no, que tenía que
ir solo.
Así pues, el día de San Juan, antes de que amaneciera, el
hombre se levantó y partió en solitario hacia la fuente, pero lo que no sabía
es que su mujer lo seguía de lejos para que él no se percatase. El hombre llegó
a la fuente y para cuando su mujer llegó para espiarlo, él ya le había dado dos
besos a la serpiente y esta estaba mansa y se metió en la fuente al tercer
beso. A continuación, salió el toro y la mujer se asustó a ver semejante toro y
ella pensando que le iba a matar a su marido, gritó:
-Ay Jesús! Que Dios nos vaya!
El toro al
escuchar eso, dio media vuelta y entró a la fuente. A día de hoy se dice que el
encanto sigue allí, porque no ha habido nadie que haya sido capaz de
desencantarla y que cada 7 años, la mañana de San Juan, ella sale esperando a
que alguien la desencante.
Como curiosidad del lugar, existe una cabana (cueva) entre
Peñafiel y el Campo de Las Chozas donde está la fuente de la anterior leyenda;
en la cual la gente que tenía que ir a luchar a la guerra civil se escondía
para evitar ser encontrados.
-A Raíña Lupa (La Reina Lupa)
Contaban nuestros antepasados que era
una antigua reina de los “mouros”, que no era cristiana, probablemente
musulmana. Esta reina vivía en Compostela (Ahora Santiago de Compostela) y
tenía a sus hombres en el Monte Pindo trabajando en la minería y otros en Duio
(Fisterra). Ella tenía castillos en el Monte Pindo, seguro, uno y posiblemente
dos; en aquel tiempo, ella perseguía a los cristianos que en la península aún
no existían. En aquellos tiempos, llegó el Apóstol Santiago con sus discípulos
a Galicia desde Palestina y empezó a difundir la palabra de Dios y el
cristianismo que el mismo Jesús Cristo, le había enseñado. Después de todo
esto, la Reina Lupa no estaba de acuerdo ya que perdía fieles.
Un día el apóstol Santiago cansado de predicar, se paró donde
hoy es el Santuario da Virxe da Barca en Muxía (A Coruña) y la Virgen se le
apareció diciéndole que su trabajo estaba dando sus frutos y que no se
rindiera, así el prosiguió predicando la palabra de Dios por la Costa da Morte
y demás zonas. Santiago de anciano, regresó a Palestina y allá murió.
Sus discípulos cogieron su cadáver y lo velaron a la orilla
del mar, estos mientras lo velaban, vieron como del mar se acercaba una barca,
la cual no estaba dirigida por nadie. La barca paró a su lado y los discípulos,
impresionados, cargaron la el cuerpo en la barca y esta cogió rumbo hacia
Galicia y decían que estaba pilotada por la mano divina. Al llegar a Galicia,
esta se adentró por la ría de Padrón y ataron la barca a una piedra enorme, la
cual llamaron Pedrón y de la que se dice que de ahí viene el nombre de Padrón.
Algunos de los discípulos se quedaron en la barca y otros se fueron a
Compostela junto a la reina. Un discípulo se dirigió a ella:
-Reciba a nuestro maestro de muerto ya que de vivo no lo
quiso aceptar, y concédanos un carruaje donde los infieles no lo puedan
profanar.
Ella les
respondió:
-Vayan ustedes a Duio (Fisterra), que allí tengo mi gente de confianza y ellos podrán ayudarles.
Lo que ellos no sabían, era que la reina le dijo a su gente de Duio, que si algún día llegaba alguien recomendado por ella, que lo mataran o apresaran inmediatamente. Más tarde los discípulos llegaron allí y al decir que iban en nombre de la reina, fueron apresados para su posterior ejecución.
Esa misma noche apareció en el calabozo un ángel vestido de
blanco y este abrió un boquete en la pared y los discípulos escaparon en
dirección Compostela a decirle a la reina que sus hombres los habían apresado.
Los guardias a la mañana siguiente se encontraron el agujero
en la pared y al momento hicieron salir a la caballería en busca de ellos. Los
discípulos al llegar a Ponte Maceira (Negreira), se disponían a cruzar el
puente romano cuando los guardias los estaban alcanzando ya y al cruzarlo los
discípulos, este misteriosamente se derrumbó y los guardias y los caballos se
cayeron al río y la corriente los llevó. Los discípulos consiguieron llegar a
Compostela y le contaron lo sucedido a la reina. Ella escuchando la historia
dijo que aquello parecía un milagro.
La reina ya sorprendida, les concedió el carruaje a los
discípulos, pero no sin antes ponerles otra trampa.
-Bueno, vayan ustedes al monte del Barbanza, cojan dos toros
que estén por allí y póngales el carruaje.
Lo que
ellos no sabían era que los toros eran salvajes.
Cuando los discípulos ya cansados se adentraban en el monte
del Barbanza, se toparon con un Ogro, a él le enseñaron la cruz de Jesucristo y
este se retiró y llegaron a junto a los toros; al disponerse a coger dos, estos
misteriosamente eran mansos de todo y los discípulos no tuvieron problema
ninguno para poder llevarlos.
La reina al enterarse, dijo que eso sí que era un verdadero
milagro y su doncella le dijo:
-Señora, y los milagros pueden seguir si deja a los
cristianos que tiene presos, libres y que incluso su hijo ciego a lo mejor,
recuperaba la vista.
La reina
les dijo que trajeran el cuerpo de Santiago y que lo enterrarían en Compostela,
cerca de donde hoy está la catedral.
Cuando la reina vio tantos milagros, ella misma se cambió de
religión, para ser cristiana ya que su hijo había recuperado la vista. Algunos
años más tarde, ella falleció y la llevaron a Duio en un carruaje tirado por
dos corceles blancos. Los de Duio acordaron enterrarla en una montaña de
Galicia y segundo otras leyendas, esta pudo ser enterrada en el Pico Sacro
(Boqueixón) o en el Monte Pindo en la parte sur de la “laxe” de la Moa. Muy
posiblemente en el Pindo porque tenía infraestructuras en él y era un monte lo
bastante grande y con muchos recovecos donde poder esconder a una reina que no
querían que se profanase. Se dice que se enterró con 7 millones en oro a la
cabeza y otros 7 a los pies.
-Los desahuciados en la Moa
Decían nuestros ancestros que, cuando un enfermo era desahuciado por los médicos, ya no había nada que hacer. Entonces le hacían un último remedio. Lo llevaban a los campos de la Moa, tendían el paciente sobre el campo, cortaban el campo alrededor del enfermo, donde quedaba formada su silueta y apartando el paciente, arrancaban al campo y lo ponían a secar sobre una roca al sol. A medida que el terrón se iba secando, el paciente se iba recuperando. En otra entrada publicaré un poema referente a este lugar del Sr José Rodríguez Ramos.
Campos da Moa. (Foto propia) |
-Lápidas do río Grande
Nuestros mayores decían que: en el río Xallas, un poco más abajo de la desembocadura del Rego de Sanchaferro, se encuentran tres lápidas, una contiene oro, otra incienso y la otra una substancia muy venenosa. Si se levantara la que contiene oro, uno se haría muy rico; si se levantara la que tiene incienso, pues hoy en día tendría un valor y si se llegara a abrir la que contiene el veneno, se esparciría un gas letal a 7 leguas a la redonda y mataría a todo ser vivo. También contaban que esas mercancías fueron transportadas hasta allí con un caballo blanco con el rabo cortado, desde el castillo del alto de Peñafiel.
-Petón das Covas Vellas de arriba
Se dice que debajo de esta piedra puede haber un gran tesoro.
En el año 1950, de casualidad, fue encontrada una jarra de barro que estaba muy escondida debajo de esa piedra. Es una pieza de cerámica hecha en el S.XV y que llevaba allí, al menos 5 siglos. La encontró el padre de José Rodríguez Ramos, Juan Rodríguez Louro do Fieiro. Hoy, la jarra se encuentra expuesta en el Museo do Pobo Galego de Santiago de Compostela; que fue entregada allí por el Catedrático Fernando Alonso de la USC en el año 1983. Este peñasco se encuentra por la parte sur da Laxe da Moa.
(Foto del archivo de "Pepe do Fieiro") |
-Olimpo Celta
¿Por qué este nombre? Pues contaba el Padre Sarmiento que
como aquí vivían celtas, los griegos cuando llegaron, al ver este monte
granítico tan majestuoso, que les recordó a un Monte Pindo que hay en Grecia y
le quedó el nombre de Pindo a la montaña. En su cima se decía que los dioses
celtas vivían en ella.
(Foto: Itinerario Interpretativo, Fieiro-Moa) |
De momento hasta aquí las historias y os invito a leer mi siguiente entrada. Muchas gracias.
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