Diario de un
Peregrino Primitivo VII
Berducedo - Grandas
de Salime (20km)
Llegamos al ecuador
de nuestro Camino. Las jornadas son largas pues cada hora resulta intensa,
estimulante, llena de sensaciones y vivencias, pero los días se sucedes rápidos.
Hemos echado a
andar sin freno. La precaución en las últimas etapas me ha permitido poder
caminar casi sin reparo.
Posiblemente no
encontremos más de 100 metros llanos en los casi 20 kilómetros que nos separan
de Grandas.
Comenzamos con una
prolongada subida bordeando prados por carreteras secundarias, para seguir con
una vertiginosa bajada de más de 7 kms ininterrumpidos.
Atravesamos bosques
de castaños casi desnudos, robles y pinos de Monterey enormes.
Entre el ramaje
podemos vislumbra la vieja cantera de la presa que forma el embalse de Grandas
de Salime.
Un metros antes de
alcanzar el paredón un estrecho pasadizo nos conduce a un espectacular mirador
sobre el Navia.
Inmediatamente al
cruzar la presa arranca de nuevo una larga pendiente que durante 8 kms nos
elevará hasta la pequeña población de Grandas de Salime.
Aquí encontramos un
estupendo albergue con su también estupenda hospitalera.
En uno de sus bares
nos hinchamos a comer junto al resto de "Jotas", Juan Javier, Jose,
Jose, Jose y Jesus. Un buen pote de berzas, unos escalopines al cabrales y un
soberbio arroz con leche asturiano.
El resto de la
tarde la pasaremos conversando, tomando sidra y contando aventuras.
Un sencillo día,
que no tiene nada de simple.
***
"Exprime el jugo
de cada momento".
.Jose Alemany
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