lunes, 2 de noviembre de 2015

Los comienzos no son fáciles

Diario de un Peregrino Primitivo:
Oviedo - Grado; 30,5 Km.

Oviedo parece aletargada. Los comercios cerrados y las calles vacías no son propias de un día normal. Al consultar descubrimos que el 2 de Noviembre es festivo en Asturias y unas cuantas provincias más.
Oviedo, ciudad industrializada que desde la lejanía no invita a si visita, presenta un bonito casco histórico además de unos enormes jardines con lagos y patos y de todo.


Bajo los soportales de la antigua plaza del comercio están instalando un mercado, bajo un gran platano un operario de jardines nos "planta" la fecha con césped.



En las afueras, sórdidos edificios de nueva construcción en los flancos de amplios bulevares que facilitan la huida de estos nuevos espacios que no transmiten nada.
A escasos 2 kilómetros de la ciudad el paisaje es otro. Parece como si nos hubiéramos trasladado a cientos de kilómetros del mundanal ruido metropolitano.


Pronto aparecen los primeros síntomas del comienzo. Que si ahora una rodilla, luego la otra para seguir con el tobillo y terminar con los típicos dolores de espalda.
El camino es verdaderamente irregular. Prácticamente en todo momento te encuentras subiendo una cuesta o bajando una rampa, pero del mismo modo, un manto verde te acompaña a donde dirijas la mirada. Los prados se extienden hasta imponentes casas de piedra con sus hórreos y sus gatos y perros, normalmente mastín o pastor alemán. Los cultivos, de maíz, los bosques, de castaños, robles y laureles. Definitivamente Asturias tiene su propia identidad como cualquier región norteña.



Un buen pote para comer no puede faltar. Problema, hay que seguir caminando, y como buen novato pagas las consecuencias pues empinados serán los caminos que nos quedan por recorrer.

Llegados a Grado descubrimos que el albergue se encuentra a 4 km. de la localidad. El sol está cayendo, así que llegaremos de noche, un nuevo error de cálculo.

Un amable señor nos indica la dirección a tomar, como tantos otros, sin la necesidad de preguntarle. "El camino es llano", dice. Por desgracia no percaté lo irónico del tono de su voz, por lo que el asombro ante tan tremenda cuesta fue mayúsculo.

Pero al fin, entre débiles gotas de lluvia llegamos al albergue situado en la trasera de una pequeña iglesia.

Satisfacción tras superar este primer tramo que, aunque temeroso de su dificultad, no llegas a saberlo ciertamente hasta que lo emprendes.

10 literas en una habitación en una pequeña caseta con aires de refugio de montaña. El hospitalero se afana en darnos la bienvenida. El día toca a su fin. Tras el esfuerzo, un merecido descanso, breve, pues mañana debemos seguir nuestro camino.

***

"Todos los Caminos empiezan con un primer paso"



.Jose Alemany

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