miércoles, 6 de diciembre de 2017

Origenes del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido


Orígenes de Ordesa y Monte Perdido


Situado en los altos valles del Sobrarbe marginado hasta épocas cercanas, debido a su difícil geografía accidentada, habiendo sido esta su mejor herramienta de protección para la conservación de estos singulares parajes, la arquitectura característica popular presente en los pueblos de sus alrededores, conservándolos con sus culturas y tradiciones de gran arraigo de estas zonas.

Ya empezaba el hombre de antaño a divagar por estos parajes desde el Paleolítico superior, encontrándose vestigios de las antigua poblaciones alrededor del macizo donde desarrollaban sus actividades y vidas.

Tiempo más tarde, siendo la reconquista de ocupación musulmana en España, los gascones como se les conocía a los extranjeros más allá del Pirineo, prestaron socorro a los cristianos de la vertiente sur. Dotando a este paraje una afluencia cultural y humana, que iba más allá de las fronteras físicas y administrativas. Al paso del hombre y a su camino dejando todos una huella a su modo, ya fuera estableciendo senderos, caminos, construcción de puentes y “mallata” o majada que normalmente solía ser un lugar en la mitad del campo o la montaña donde pastores y ganado pasaban las noches, que solía consistir en unas chozas donde guardar el ganado y donde pudiera dormir el pastor, rodeado esto con un cercado de piedra haciendo este a veces de corral. También realizaban el aprovechamiento del bosque, al usar la madera de allí extraída para la construcción de hogares, señalización, puentes, cercados para ganado y proteger con su candente manto a los habitantes que osasen vivir sus inviernos.






Principios de protección del Parque
A finales del Siglo 18 los trabajos y publicaciones de Ramond de Carbonnières considerado como uno de los primeros exploradores y expertos de alta montaña pirenaica, consigue atraer a los viajeros ávidos de naturaleza salvaje pasando a ser los primeros “fundadores” del “pirineismo”.
Más tarde el Decreto del 16 de agosto de 1918, propicia el nacimiento de uno de los primeros Parques Nacionales del mundo, El Valle de Ordesa, junto a otros más gracias a la divulgación y labor conservacionista de Lucien Briet y Pedro Pidal.
En 1966 declaran las Reservas Nacionales de Caza en Viñamala y los Circos, buen trozo de la cordillera de alrededor del Parque Nacional de Ordesa, asegurando la riqueza cinegética de estas cordilleras.
En 1977 el Parque Nacional se incluye en el marco del Programa MaB de la UNESCO en la Reserva “Ordesa-Viñamala”.
A finales de los 70 instituciones y colectivos de ciudadanos provocan una movilización para paralizar las obras del Proyecto de inundación del Cañón de Añisclo, consiguiendo provocar su parada, y en 1982 ampliando el Parque Nacional y renombrándolo como Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.



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