Balsa de Turballos:
La Balsa de Turballos, aunque ha sido un recurso vital para la comunidad durante siglos, enfrenta desafíos significativos debido a la sequía prolongada que afecta a la región desde hace aproximadamente 15 años. Esta balsa, alimentada por el acuífero que recoge las aguas de la solana del Benicadell, solía ser una fuente confiable de agua para regadío y otros usos en el pueblo.
Sin embargo, debido a la escasez de lluvias, la balsa rara vez se llena por completo, y con la llegada del verano, el agua se evapora rápidamente, dejando a la comunidad sin una fuente segura de agua para sus necesidades agrícolas y domésticas.
El uso histórico de la balsa incluía el reparto del agua por los campos circundantes al pueblo, lo que contribuía significativamente a la agricultura local. Además, el agua que fluía desde la balsa pasaba por varias casas, incluyendo la de la asmarsera, donde se utilizaba como fuente de energía para el funcionamiento del molino y la moledora de aceite. Sin embargo, la sequía ha llevado al desuso de estas instalaciones, y en su lugar, los residentes dependen de la fuerza de los machos para extraer la producción de aceite.
Recientemente, la Balsa de Turballos ha sido objeto de restauración por parte de Interpreta natura, a pesar de que es una propiedad privada. Obtener el permiso para llevar a cabo esta restauración fue un proceso arduo, pero finalmente se logró. Durante la restauración, se realizaron trabajos de limpieza tanto en el interior como en los alrededores de la balsa, con el objetivo de preservar su entorno natural. Además, se instaló una barandilla de cuerda alrededor de la balsa como medida de precaución para garantizar la seguridad de quienes la visitan.