Es
una de las muchas maravillas de las que dispone el Parque Natural de la Font
Roja. Es un pequeño itinerario de unos 4.5 kilómetros por la vertiente norte
entre los 950 y los 1.190 m. de altitud.
La
ruta se inicia en el Centro de Visitantes, llegando a poca distancia donde se
encuentran las encinas más antiguas del Parque. A la izquierda descubrimos la
Cova Gelada. Poco después se llega al Pla de la Mina, donde hay una
reproducción de un horno de cal, y dos miradores con bonitas vistas. En esta
zona podemos contemplar el carrascal de umbría con abundancia de encinas, con
algunos ejemplares de arce, fresno y quejigo o roble valenciano.
Sendero Barranc de l´Infern.
A 1.1 km del inicio llegamos al Pla de
Galers, el punto más alto de la ruta y donde es fácil encontrar en el barro
huellas y revolcaderos de jabalí. Mirando hacia las zonas más elevadas, puede distinguirse el bosque mixto
mediterráneo caracterizado por la abundancia de caducifolios que acompañan a
las carrascas. Cruzando el Pla, hacia la derecha entramos en la senda que
desciende hacia el Barranc de l´Infern.
Entre la
vegetación más característica, se pueden observar especies trepadoras como la
madreselva y la rubia. En las zonas más soleadas arbustos como la hiniesta
borde, el escobón y el espino albar. Este ambiente resulta ser el hábitat de
muchas especies de animales, entre las que destacan las aves como gavilanes,
azores, petirrojos, currucas, ruiseñores, ...
A los 10
minutos de descenso encontramos un espectacular acantilado rocoso donde el
camino da un quiebro que ofrece una bonita vista del valle del río Polop.
Conforme
avanzamos observamos un cambio de vegetación, del carrascal de umbría se pasa
al predominio del pinar, que corresponde a repoblaciones de pino carrasco en
zonas ocupadas anteriormente por encinas. El estrato arbustivo de este
ecosistema es más pobre en cantidad y variedad de especies. Predominando las
aliagas, jaras y algunos enebros.
Finalmente
alcanzamos el Barranc de l´Infern, zona muy húmeda y fresca, por donde
llega a correr el agua en época de lluvias. Aquí abundan los helechos y musgos,
y las hojas de los durillos alcanzan un tamaño espectacular. También hay
zarzamoras, ruscos y hiedras. Mirando hacia arriba vemos el edificio del centro
de visitantes, apreciando que estamos en el punto de menor altitud.
Al
poco encontramos las escaleras que nos devuelven al punto de partida. En poco
tiempo lograremos divisar no solo todas las distintas masas forestales que se
encuentran en el parque natural, sino también unas de las mejores vistas.
Javier Bou Alemany
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