EL PASIAJE DEL MINERAL

Mazarrón pese a su presente turístico y agrícola, históricamente nació y se desarrolló por y para la minería. Dejando diseminados por todo su término los trabajos e historias de las personas que persiguieron su particular El Dorado.

Balsa minera San Cristobal II antes de ser recientemente arrasada por la Dirección General de Minas en contra de la opinión pública local. 

En la Bahía de Mazarrón la cordillera penibética se sumerge bajo las aguas del Mediterráneo.  Pero antes de hacerlo, la naturaleza dejó en ella un reguero de yacimientos minerales que el hombre ha ansiado y perseguido durante los últimos 30 siglos.

Ese mismo mar que sumerge en él las montañas preñadas de mineral, es el que durante toda la historia, marinos y comerciantes, de fenicios hasta casi hoy, usaron de vía de comunicación,  comercio para nuestro mineral  y facilitador del intercambio cultural.  

Hoy, acabados y abandonados aquellos trabajos mineros, nos han dejado como testigo una serie de cotos mineros, que fueron alterados y modificados a la conveniencia de momento. Multitud de cabezos horadados, rajados y desplomados, roídos por su riqueza interior; golpe a golpe, pico, mazo y barrena, por seres humanos que no pensaban en el mañana porque se bastaban con acabar el hoy.

Acto de protesta de los mazarroneros dando un simbólico abrazo a la balsa San Cristobal II, días antes del comienzo de las obras.

Territorios desechos, que hoy los modela la erosión,  provocada  por las violentas tormentas tan recurrentes en el levante peninsular, convirtiéndolos en paisajes dinámicos llenos de plasticidad y color.

Las Minas de Mazarrón son un territorio para la memoria de la población local,  un área identitaria, un paisaje cultural.   Ricas en arqueología industrial, que pese a estar declarada BIC,  aún siguen sufriendo expolio, vandalismo de inconscientes y desalmados. Así como abandono, no solo por los propietarios legales, responsables por ley de su conservación y gestión. Si no que también sufren ataques incomprensibles desde la propia administración pública, que no solo hace dejación de funciones, si no que actúa de espaldas a la sociedad local. Acometiendo intervenciones de "restauración ambiental", mal entendidas y mal ejecutadas, con no sé qué interés pernicioso. De ello también hablaré en el video que acompaña esta entrada en el blog, espero os interese. 

JUAN SANCHEZ CALVENTUS