Mis vecinas de la vieja fábrica
no son otras que las cigüeñas blancas, que ha llegado a ocupar todo el contorno
de este edificio, destruido por el fuego hace más de 50 años. Son aves que
forman parte de ese medio natural que tenemos a la vuelta de la esquina, tradicionalmente
su presencia se asocia a la techumbre de iglesias y otros edificios
emblemáticos, lo que las diferencia por completo de su pariente la cigüeña
negra que prefiere anidar sobre rocas y en lugares alejados del ser humano. Si las encontramos en el campo las podemos
ver sobre roca o árboles, pero cercano siempre a lugares humanizados.
Imagen 1: La vieja fabrica
Imagen 2: Detalle de uno de los nidos
Imagen 3: nidos dispuestos sobre plataforma en el tejado
de la Iglesia
Seguro que todo lector conoce el
refrán: “Por San Blás las cigüeñas verás” que aludía a la llegada del buen
tiempo, pero que ha perdido ya su referente porque las podemos ver en cualquier
época del año. Se alimenta de pequeños
roedores, anfibios, reptiles o crustáceos, que pueden encontrar con facilidad
en la ribera que discurre por detrás del edificio. Quizás por ello es por lo
que haya aumentado, a lo largo del tiempo, el número de nidos y no sea extraño
ver como cada pareja logra sacar adelante la totalidad de la puesta anual,
normalmente de tres a cuatro cigoñinos por año.
Son animales de costumbre y las
que emigran retornan al nido que ocuparon en años anteriores, es tal la
fidelidad al lugar que cuando el nido ha sido destruido lo vuelven a construir
en el mismo lugar. Reforman sus nidos año tras año, aumentándolo de tamaño y de
peso, algunos llegan a pesar más de 100 kilos. Cada uno de ellos se podría
considerar una comunidad diferente (yo los llamo “patio de vecinos” por la
algarabía que tienen), sus oquedades son aprovechadas, para realizar la puesta,
por aves típicas del medio más humanizado como el gorrión común.
Imagen 4: los vecinos de las cigüeñas
Las dimensiones y peso de los nidos
han provocado graves daños en los edificios que ocupaban, pero con sencillas medidas como plataformas, que
evitan su asentamiento directo en el tejado, o con postes que los elevan sobre
el suelo, se han podido dejar en los mismos emplazamientos. Este tipo de actuaciones
son claros ejemplos de sensibilización y educación ambiental, que demuestran
que la convivencia con el ser humano es compatible.
Imagen 5: torretas especiales para los nidos
Imagen 6: conviviendo con otras aves: un aguanieves
El hecho de ser una especie
común, que la podamos encontrar adaptada a vivir en cualquier lugar o que sean
causantes de daños para los intereses del hombre, hace que no se tengan en
cuenta como recurso turístico o educativo salvo que formen grandes poblaciones. A su favor, tienen el
ser una especie importante para el mantenimiento del equilibrio en el medio
natural al consumir pequeños animales que son “molestos” al hombre. Tomando
como referencia esto, y enriqueciéndolo con actividades de educación ambiental que ayuden al
conocimiento de otras especies que conviven con nosotros sin saberlo, es un modo
importante para la sensibilización y
trabajar el respeto al medio natural que tenemos en la puerta de casa.
Imagen 7: De campeo por las cercanías.
Siempre
que nos hablan de jornadas de educación ambiental las asociamos a actividades
directamente en la naturaleza, pero es muy importante saber identificar esa
pequeñas señales que estamos habituados a ver en parques y jardines, en la
orilla de la rivera, en las repisas de las ventanas, en ese solar vacío que hay
en la esquina, en definitiva, por cualquier sitio. A veces son pequeños
animales que están ahí escondidos, otras veces son los que vienen de paso y
sólo son visibles por la noche. Es fácil ver, de madrugada, cómo nutrias bajan
por la rivera desde zonas más altas y menos alteradas por el hombre. Puede
resultar raro este hecho, pero no sólo se han visto en solitario , sino que también las he visto en grupo de dos o tres, y he observado rastros de su alimentación a base de cangrejos. Es
curioso como empecé a hablar de mis vecinas las cigüeñas y he terminado
hablando de otro grupo de animales que conviven con ellas, pero el mundo natural
no está formado por elementos aislados, sino por una red de redes de relaciones
entre ellos en las que todos tiene un papel fundamental para mantener un
equilibrio natural.
Espero que sirva este pequeño
texto para contribuir a tomar conciencia sobre la importancia de la educación
ambiental y de la labor de los educadores ambientales, a menudo relegados a un
segundo plano. Mientras tanto, reflexionamos, os dejo un ensayo del musical del
crotoreo de mis vecinas, que nos animan en esta época del año.
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