miércoles, 11 de febrero de 2015

La quimera del litoral valenciano, el samaruc y otros endemismos perdidos.




La marjal de gandia entre otras esta notando la falta de nuestro pez estrella: El samaruc (Valencia Hispanica) es un pequeño pez de agua dulce, de sólo 4 a 8 centímetros de anchura, de color pardo y con las aletas naranjas en el caso de los machos. Se alimenta principalmente de invertebrados del medio acuático y vive en las marjales y ullas. No sería noticia si no fuera por dos motivos: por un lado, ser endémico del Valencia, y por otro, encontrarse en grave peligro de extinción. Está clasificado en la máxima categoría de amenaza y protección en todos los decretos y convenios estatales y europeos. Mientras que hace sólo unas décadas le podíamos encontrar en todo el litoral, hoy en día sólo se encuentra en manchas aisladas entre Peñíscola y el marjal de Pego-Oliva. Hay reservas de samaruc, a pesar de encontrarse en declive, en los marjales de Peñíscola, de Pego-Oliva o el barranco del Encantà del río Serpis; también encontramos las del Prat de Cabanes-Torreblanca o el río Verde, donde han aumentado las poblaciones, y los ullals de la Marjal del Moro de Sagunto o la Albufera, donde se mantiene una población estable. La población de samaruc en el marjal de la Safor es mínima, a pesar de las continuas reintroducciones anuales. El pececillo más valenciano del mundo tiene muchas amenazas a su alrededor: los aterramientos del marjal, la contaminación de las aguas, y la introducción de especies depredadoras exóticas como el cangrejo americano, la gambusia (introducida con el propósito de combatir el paludismo ), la depredadora trucha arco-iris (introducida por la propia Generalidad!), y sobre todo el 'black-bass' o la perca (introducidos para la pesca deportiva deliberadamente).



Entre 1992 y 1993, dentro del proyecto LIFE, cofinanciado por la Generalitat y la Unión Europea, se gestionó la creación de una red de áreas de reserva para el samaruc en Valencia. Se abrieron las reservas del Racó de l'Olla, ullal de la Mula y Reserva de Algemesí (Parque Nacional de la Albufera), Puerto Corinto y Marjal del Moro (Sagunto), ullal del Gato (Tavernes de Valldigna) y la reserva de Xeresa. El programa ya se inició con mal pie cuando los técnicos de la conselleria de Medio Ambiente reintroducieron samarucs procedentes del Parque Natural del Prat de Cabanes y Torreblanca, criados en piscifactoría, dentro de la reserva del Racó de l'Olla de la Albufera, ocasionando una contaminación genética de la especie con efectos irreversibles, en contra del artículo 27b de la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres: "Evitar la introducción y la proliferación de especies, subespecies o razas geográficas distintas a las autóctonas, en la medida que puedan competir con éstas, alterar su pureza genética o los equilibrios ecológicos ". También se generó polémica por el anuncio de un presupuesto de 170.000.000 de pesetas para recuperar la especie, cuando según la UE se adjudicaron 219 millones. por aquella época también fue llamativo que la Conselleria de Medio Ambiente firmara un convenio con Campsa, a cambio de 25 millones de pesetas, para permitir la desecación de la hoy desaparecida marjal de Albuixech, donde aparte del samaruc se encontraban especies amenazadas como el fartet (Aphanius iberus), la raboseta (Cobitis palúdica), camarón (Paleomonetes zarigüeya) o la esponja de agua dulce (Euspongia officinalis).


La verdad es que esta marjal no es la única que tiene problemas de este tipo, pero hay algo que la diferencia, y es que es una zona húmeda que tiene aprovisionamiento natural de agua dulce continuo y por eso debemos aprovechar nuestro potencial, es evidente que hay grandes inversiones en el ámbito de recuperación de especies pero hay mucho trabajo por hacer y como visitantes debemos valorar todas estas labores y primero que nada, conocer estas especies tan nuestras y que cuando están presentes son símbolo de pureza y riqueza ecológica, por que todos estos esfuerzos son en vano si realmente no amamos y no echamos de menos a estas criaturas que se les ha negado el derecho a vivir en su tierra, nuestra tierra.

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