lunes, 9 de febrero de 2015

Los secretos del Rio Turia.

Muchas eran las veces que montado en mi bici recorría el Parque Natural del Turia y no dejaba de asombrarme, cada vez descubría algo nuevo, un nuevo árbol, un camino distinto o incluso un animalillo sin miedo que se cruzaba en mi camino, pero esta vez iba a ser diferente, este descubrimiento superaría a los demás. Como muchos de los descubrimientos, seria fruto de un despiste en un cruce de caminos y sin apenas darme cuenta me vi inmerso en un bosque de ribera que denotaba estar muy poco transitado, esto último y la curiosidad me llevaron a continuar hacia delante. Cada vez el camino se iba haciendo más intransitable hasta el punto de tener que tomar la decisión de abandonar temporalmente mi bici. Tras media hora caminando a buen paso empecé a escuchar un sonido muy familiar, era el sonido del agua golpeando contra las rocas que cada vez se hacía más fuerte, por un momento creí pensar que estaba en otro mundo. Esto me dio ánimos para acelerar  la marcha y cuando llegue, lo que vi fue increíble, un paraje digno del folleto de una agencia de viajes.
Permanecí en este lugar recreándome durante una hora y después me fui. De regreso a casa me preguntaba cómo podía ser que un lugar tan fantástico como aquel no se diese a conocer, eso no tenía sentido.

Hace tan solo unos pocos días que lo he entendido, debido a la riqueza ambiental y fragilidad del lugar, los gestores del espacio tienen la obligación de conservar y proteger y que mejor manera que manteniéndolo en el anonimato. Con esto debemos entender que hay lugares que se deben mantener al margen del uso público porque por ordenado y racional que se haga, este siempre afectará los ecosistemas.

Entonces no seré yo quien desvele el secreto del Turia…

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