Los arrozales son una cara visible de muchas que hacen a la Albufera y al puerto lo que es.
Estos son uno de los pilares que conforman la esencia de este lugar, pero la realidad detrás de ellos es que son en sí extensiones del lago limitadas y enterradas en barro, es decir, son partes donde antiguamente había agua, pero para poder llevar a cabo este cultivo se tuvo que enterrar en tierra y barro esas partes.
Los arrozales son un tipo de cultivo el cual necesita una gran cantidad de agua en todo su ciclo para poder llevarse a cabo. Esta agua le es proporcionada por la Albufera, la cual lo hace a través de canales, acequias, compuertas, y bombas de agua situadas en los famosos “Motores”, que son casitas construidas en plenos arrozales para albergar en su interior los motores que bombean el agua hacia los campos de arroz.
Los arrozales se caracterizan por su ciclo de cultivo, el cual va cambiando según en qué fecha del agua se encuentra y en qué fase está en proceso el cultivo.
Sobre los primeros meses del año que son los más fríos es la época de preparación del suelo, donde los cultivos presentan una tonalidad marrón de la tierra.
Avanzando a la primavera y los últimos meses que la comprenden, en específico mayo, es donde se realiza la siembra.
Ya a principios de junio entrando en el verano, ya es cuando las semillas empiezan a sacar sus espigas de color verdoso, dándole a los campos su segunda tonalidad, siento está la verde.
Sobre finales de verano y principios del otoño es la época de cosecha, donde el arroz ya está listo y maduro, cogiendo este la última tonalidad del ciclo, siendo está la amarilla
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