Un paraje natural e histórico
El Paraje Natural Municipal de La Murta y La Casella, emplazado en el término municipal de Alcira y en plena Sierra de Corbera -entre las Sierras del Cavall Bernat i de Les Agulles-, es uno de los enclaves emblemáticos de la geografía valenciana, especialmente en lo que a su flora se refiere, el cual, con una superficie de 765,64 ha., fue declarado como tal el 5 de noviembre de 2004 por su interés paisajístico, histórico y patrimonial.
Dicho paraje es un
lugar mágico para todos los habitantes de la ribera alta y un emblema en los
enclaves geográficos valencianos. A parte de la gran cantidad de historia y
cultura que la forma, nos ofrece una gran diversidad de especies de flora y
fauna los cuales han convivido con nosotros, estos pueden pasar
desapercibidos, pero cada uno de ellos guarda su función en el medio y nos
proporciona un equilibro donde cada elemento es preciso para poder disfrutar de
este lugar.
La sierra constituye parte de las ultimas directrices de la rama sur de la Cordillera Ibérica, en el encuentro con el sistema Prebetico y en el año 2004 fue declarada junto con la Casella como Paraje Natural Municipal, gracias a la colaboración de ciudadanos de Alzira y los propietarios de las viviendas de las urbanizaciones de alrededor.
Solo con andar por este idílico paraje nos damos cuenta lo esencial que es para los habitantes de la zona, ya que esta guarda un sinfín de historias, recuerdos y bellos momentos vividos a lo largo de los años, esto lleva al visitante a identificarse con nuestra cultura, respetando, admirando y aprendiendo de ella.
Posee una altísima diversidad botánica, albergando a cerca de 1.000 especies fanerógamas. De entre todas ellas destacan, además de los pinos, los matorrales arborescentes de laurel (Laurus nobilis), el madroño (Arbutus unedo), el fresno (Fraxinus ornus) y el mirto o murta (Myrtus communis), que por cierto da nombre al paraje. Otro grupo de plantas lo componen los carrascales termófilos con presencia de Quercus ilex rotundifolia, Phillyrea angustifolia y Crataegus monogyna.
En las zonas umbrías propias de estos valles dan pie a la existencia de especies tan significativas como Ruscus aculeatus, Ulmus minor o Asplenium onopteris. Mención especial requiere la existencia de Verbascum fontqueri, incluida en el Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazada.
Volviendo a la murta (Myrtus communis), planta que da nombre al paraje, se encuentra de forma abundante en este paraje. Esta, crea arbustos espesos y muy ramificados, de follaje perenne y que pueden alcanzar hasta los 3 metros de altura.
Fauna
"Paraje con una gran diversidad animal"
La diversidad faunística del Paraje se ha visto incrementada en los últimos años, al aumentar la densidad de vegetación en las más de 750 hectareas de superficie que posee el espacio natural.
Entre las especies de mayor significación tenemos el Búho real (Bubo bubo), el Águila perdicera (Hieraaetus fasciatus) o el halcón peregrino (Falco peregrinus), así como la serpiente de escalera (Elaphe scalaris) o la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus).
Mención aparte merecen los anfibios, como son el sapo común (Bufo bufo), sapo partero ( Alytes obstetricans), sapo de espuelas (Pelobates cultripes), y la rana común (Rana perezi), que se benefician de los diferentes nacimientos de agua que se dan en este Espacio (Font de La Murta, Font de la Teula, Font del Garofer y Font del Barber).
Señalar además, la existencia de un cercado de ciervos en las proximidades del área recreativa de La Casella, con más de una decena de ejemplares, que siempre llaman la atención a los más pequeños.
Actualmente existen problemas en los cultivos de las urbanizaciones cercanas incluso en las carreteras debido a la alta presencia del jabalí en este paraje, este problema se debe que al ser una paraje natural protegido no esta permitida la caza y con ello una correcta gestión cinegética.
Debe su nombre al monarca español Felipe II (1527-1598) el cual, aprovechando un viaje por estas tierras, se acercó a visitar el monasterio junto a sus hijos. El monarca mantuvo una gran relación con la orden de los jerónimos. Cabe recordar que fue sepultado en el monasterio del Escorial de la misma orden religiosa, que el mismo mando construir.
Este puente nos conduce a uno de los lugares más mágicos y con mas história del paraje natural de la murta, siendo este simbólicamente el puente que nos hace viajar en el tiempo hasta hace unos 500 años atrás.
En el siglo VI se atribuye en el valle la fundación de un convento servetano por San Donato, que con la ocupación islámica (s.VIII) se abandonó. A mediados del s.XIV se tiene constancia de once ermitaños habitando el Valle dels Miracles o dels Miralles, en las ermitas de nuestra señora: San Jerónimo; San Miguel; San Pablo; San Juan; San Onofre; Monte Calvario; Santa Marta; San Salvador y Santa Sofia.
En 1357 se hace donación al valle de los ermitaños donde iniciarían las obras del monasterio, obteniendo en 1376 el reconocimiento del papa para la congregación de una nueva orden bajo el seudónimo de San Jerónimo.
En 1530 la familia Vich se refugió huyendo de la peste y nace en la hospedería D. Joan Vich obispo de Mallorca y arzobispo de Tarragona. Este linaje se declara protector del cenobio.
En el siglo XIX significa el final de la vida en monasterio, es el inicio del abandono y la ruina de las construcciones. En 1989 el ayuntamiento de alzira adquirió el valle iniciando la recuperación de los bienes culturales y naturales. En 1995 se aprueba un Plan Especial de Protección de los valles de la Murta y la Casella. En 2002 se declara Bien de interés cultural. Y en 2004 se declara como Paraje Natural Municipal de la Murta y la Casella.
Almazara
Este molino tradicional funciona por la tracción animal, este va rodando poco a poco y hace girar el eje del molino. Para realizar este trabajo, el animal llevaba enganchado determinadas herramientas como las gafas de palma que le ayudan a no moverse mientras rueda.
Las olivas se ponen dentro de la groja, y poco a poco va bajando el aceite. Esta pieza de piedra pesa entre los 1500 y 2000 kg y cuando rueda sobre las olivas va convirtiéndolas en pasta. Este primer aceite extraído es el aceite virgen. Cuando se vuelve a pasar la pasta que queda por la prensa tendríamos el aceite de segundas y de menos calidad que el primero.
De las aceitunas se aprovecha todo, incluso los restos que quedan, en esa época el hueso de la aceituna se utilizaba para encender el fuego.
Anexa a las ruinas del Monasterio de la Murta está la casona señorial, y es en este punto donde está la zona más bonita del recorrido, el jardín romántico y la capilla.
Es una zona típicamente romántica en la que el eje central del jardín es un estanque y su vegetación de agua. Alrededor de todo el jardín encontraremos gran variedad de especies vegetales. En su entrada hay dos leones, símbolo de la Orden de San Jerónimo. En la Capilla dedicada a la Virgen de la Murta nos llamarán la atención sus adornos de cerámica y su pila bautismal, la cofradía de la Virgen María celebra la fiesta de la luz el día 2 de febrero y el primero domingo de junio se realiza la romería desde la ciudad hasta el lugar en honor a la virgen.
En el interior del jardín encontraremos diversas especies vegetales como magnolias, acacias frutales, acanto, cañas de bambú y otras especies que aportan sombra y un ambiente fresco en los calurosos veranos del mediterráneo. Esta vegetación no es endémica del lugar, pero al considerarse un jardín romántico dan esa belleza al sitio.
Dos de las balsas que servían de abastecimiento constante de agua al monasterio. Cuanta la historia que un joven encontró el nacimiento de agua el cual condujo a través de un acueducto de 700 metros que transportaba el agua hasta las balsas donde se almacenaba para su uso. Hoy en día las balsas son el hábitat de muchas especies. El sistema hidráulico sigue en funcionamiento tras sus múltiples reparaciones.
Dentro de las balsas hay unos tablones de madera los cuales se utilizaban antiguamente para bañar a los animales en los días de mucho calor.
Actualmente las balsas están repletas de los típicos peces de colores los cuales no son endémicos del lugar, pero la gente ha ido dejando estos peces en dichas balsas, estos peces han ido reproduciéndose hasta estar las balsas llenas de estos peces, es verdad que no es la mejor forma de deshacerse de estos peces, pero da una belleza oriental al interior de estas balsas.
Acueducto
"Transportando la historia"
El acueducto es una construcción lineal de 700 metros de longitud y 300 años de antigüedad que conduce el agua naciente de la montaña hasta las balsas del monasterio. Con piedra de mampostería se levantaron hasta 8 arcos para vencer la altura y conseguir una pendiente uniforme, en ocasiones hasta 3 metros de altura. Aunque ha sido necesaria su reforma y reconstrucción de algunos tramos se conserva en funcionamiento y conforman uno de los mejores senderos del valle donde abundan muchas especies vegetales.
Este acueducto fue construido por los monjes ya que cada vez que tenían que ir a por agua tenían que hacerse los 700 metros con desniveles hasta llegar a la fuente donde recogían el agua.
Fuente de la Murta
"Hidratándonos de historia"
Esta fuente rustica es la que proporciona agua en las balsas, esa agua es la que cae de arriba de la montaña y es la que fue encontrada por un joven hace muchos años y los monjes de la murta hicieron el acueducto para transportar el agua hasta las balsas y poder usarla a su beneficio.
Esta fuente ha sido reconstruida hace unos cuantos años para poder permitir una correcta fluidez a través del acueducto.
A esta fuente se la ha considerado de las mas importantes del termino ya que nunca ha dejado de salir agua.
El manantial está situado en las proximidades, desde donde es canalizada hasta el abrevadero. De su agua, muy apreciada, se dice que tiene algo especial, pues es popular la creencia de que su consumo continuo durante algunos días, hace aumentar las ganas de comer.
Horno de cal
"Quemando la historia"
Tiempo atrás, la cal era uno de los elementos imprescindibles de nuestra sociedad, su uso más extendido, era para la elaboración de mortero o argamasa, empleado en la construcción, ya que la cal tiene la propiedad de adquirir gran dureza al tomar contacto con el aire.
Sus utilidades eran múltiples, las casas se blanqueaban con cal, los médicos recetaban agua de cal, las viñas se salpicaban con cal, las piaras se desinfectaban con cal, se utilizaba como desinfectante en enfermedades contagiosas como el Cólera y el Tifus, en la prevención de infecciones en enterramientos de cadáveres etc...
Nevera
"Congelando la historia"
Esta construcción cilíndrica se aprovechaba para almacenar la nieve que caía en invierno o la que traían desde la sierra de Mariola y que era transportada con carros. Era una práctica muy habitual en los siglos XVII y XVIII y servía para hacer helados, refrescos, conservar alimentos, e incluso elaborar medicamentos.
Es un gran pozo muy hondo con una cubierta para evitar la insolación, se llenava el pozo de nieve aplastándola lo máximo posible para convertirla en hielo.
El hielo era cortado en bloques para extraerlo y depositarlo en cajas de madera envueltos con paja para evitar la pérdida de temperatura.
Esta nevera era de uso particular para el monasterio, y por las noches tenían que vigilar para que no les robaran lo que guardaban en esta.
Que gran trabajo!
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