“NUESTRO
HALL”
La Casa forestal de les Planisses, o comúnmente llamada por
los paisanos locales la Casa dels Guardes, es una construcción datada del siglo
XX. Dicha casa fue construida con el objetivo de dar cobijo a las personas
encargadas de realizar los trabajos forestales en el Benicadell tanto
relacionados con la conservación como a la explotación de los recursos que
tenía toda la parte de umbría.
Imagen de "Baladre explorer" (Casa dels Guardes)
Se dice que esta casa forestal tenía conexión con el resto de
las casas que había por la comarca de la Vall d’Albaida como puede ser la de
Fontanars dels Alforins, la de Gamellons o a la dels Enginyers. Del mismo modo,
tuvo relación con la “senda dels Engiyers” situada en la localidad de
Onteniente. Dicho sendero se creó para poder realizar las tareas de repoblación
forestal en las sierras que delimitaban en la provincia de Alicante, tan
explotadas tanto por los aprovechamientos forestales como el pastoreo excesivo.
Dicha afirmación se puede reflejar perfectamente en lo que es
el Benicadell debido a la existencia de diversos hornos de yeso, aunque
actualmente se pueden ver muy pocos como consecuencia de su abandono. Un caso
de éxito son los que encontramos encima de “Les Fontetes”.
Fueron dos hornos destinados a la producción de yeso durante
los siglos XVII y XVIII, dejando de funcionar a principios del XX. Dichos
hornos se alimentaban día y noche con material forestal procedente de sus
alrededores. Por tanto, entre otros motivos, esto provocó una elevada pérdida
de densidad forestal. En consecuencia, años posteriores se creó la “Casa dels
guardes” para albergar a quienes trabajaban en las tareas de repoblación.
A continuación, se mostrará una secuencia interpretativa
sobre cuáles eran los trabajos que se realizaban para obtener como producto final
el yeso.
Una vez, los trabajadores terminaron las tareas de
repoblación de toda la cara norte del Benicadell, se abandonó la Casa forestal
de les Planisses. Actualmente, dicha construcción no tiene ningún
aprovechamiento. Sus alrededores de están utilizando como punto de encuentro
para los usuarios del paraje donde poder dejar los coches y empezar desde dicho
lugar diversos senderos tanto los que llevan a la cima como a la infinidad de
otros que encontramos en todo el Benicadell.
Tras el abandono de este edificio, se creó a unos 300 metros
una casa de vigilancia forestal para detectar con mayor facilidad cualquier
indicio de incendio. Esto es debido a que al estar situada a unos 100 metros
más elevada, tiene unas mejores perspectivas de visión de toda la comarca y así
evitar incendios como el ocurrido a finales del siglo pasado que arrasó gran
parte del Paisaje Protegido del Benicadell.
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