Existen varias rutas para disfrutar he impregnarse de la historia, observar los recursos naturales y la biodiversidad que hemos descrito hasta ahora, pero muchas de ellas están condicionadas por los planes de ordenación de los usos del Parque Natural de ses Salines, y muchas de las rutas posibles por el espacio natural protegido deberán ser gestionadas por los administradores del mismo parque. Así que os propongo una ruta asequible para cualquier publico donde disfrutaremos cada paso que demos en Can Marroig, y de los vestigios de la época en que la finca obtenía su máximo rendimiento.
RUTA: CASA – MOLÍ GROS – TERÇ DES BANC – TORRE DE LA GAVINA –CAMINO POR EL BOSQUE A LA CASA.
Esta ruta se centra en la mitad occidental de la finca, partiendo desde la casa señorial y bordeando la sierra de Can Marroig que se extiende por la costa oeste. Es una ruta breve de apenas 3 km y con un desnivel mínimo debido a su orografía.
Justo delante de la fachada de la casa, en la entrada de la bodega, sale un camino estrecho que discurre entre un pequeño bosque de longevas sabinas (Juniperus phonicea).
Sabinas (Juniperus phoenicea), presentes en el paisaje de la finca.
Seguidamente, en el limite entre el bosquecillo y los campos de cultivo podremos contemplar la “era” de la finca donde a su alrededor antiguamente se erguían multitud de pajares.
Este camino se va adentrando poco a poco entre los antiguos campos, aunque difícilmente se percibe el limite de dicha llanura, esta parcela seria la más pequeña de la finca, la cual ha experimentado una acelerada repoblación de especies forestales de manera natural desde el abandono de las actividades agrarias alrededor del 1980.
Al fondo entre el bosque y los antiguos campos repoblados por especies forestales, discurre nuestra ruta.
Seguiremos caminando por este sendero con el pinar a mano derecha y con la senia del molino grande a la izquierda. Podemos acercarnos, y observaremos la maravillosa estructura del estanque y la “sènia” restauradas recientemente, para reconocer la antigua maquina que permitía a través de una rueda vertical a su vez accionada por la fuerza de un animal de tiro, extraer agua del subsuelo. Aquí seguiremos el camino que nos lleva hacia los restos de la torre del molino que tenemos justo delante. Este molino (es Molí Gros de Can Marroig) construido para proveer de agua una de las principales zonas de huerto de la finca en tiempos de Antoni Marroig, fue excavado en el suelo de arenisco y complementado con unas minas abiertas en la parte norte para aumentar la capacidad del deposito, comunicando los pozos. El estanque o safareig tiene unas dimensiones realmente notables, de forma cuadrangular, con una capacidad de 270 toneladas.Contiguamente, las acequias o regadoras, perfectamente niveladas, se encuentran en perfecto estado de conservación y sorprende observar lo bien hecha que esta.
En esta imagen se puede observar la excavación de una mica en el suelo de marés, cuya agua se conectaba a través de una apertura con el pozo principal. Foto propia. Regaderas, estanque y molino (derrumbado) del Molí gros. Foto propia
A continuación entraremos una caseta inicialmente destinada al almacenaje de herramientas de los trabajadores y que más tarde se uso de corrales. Muestra sencilla de la construcción típica de las islas con materiales únicamente del entorno.
Después el camino prosigue recto y extensamente por la zona donde se talaron en su dia el bosque plantado de pinus pinea, los cuales tenian la función de proteger los campos de cultivo de las inclemencias del mar, y que fueron extraidos en su momento para la obtención de leña y otros recursos.
Punto del recorrido donde se aprecia el buen estado de conservación de las sendas y lo agradable del trayecto. Foto propia.
Camino de vuelta por la senda que discurre integramente por el bosque de Pinus halepensis y otras especies forestales mediterraneas. Foto propia. |
Y ya en el tramo final, una pared de piedra que nos indica el limite de la finca, nos conduce hasta la torre de la Gavina. La torre de vigilancia que alentó a los pobladores de las islas pitiusas durante siglos de las invasiones.
Torre de sa Gavina, con la pared de piedra seca que marca el limite de la finca. Foto propia.
Ya hemos llegado a nuestro destino más alejado, ahora simplemente podemos volver por donde hemos venido o nos introduciremos en el sendero que discurre dentro del bosque hasta llegar exactamente al mismo punto del que hemos partido!!!
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