Uña se asienta bajo los escarpes de una gran meseta dolomítica, de cumbre plana y extensa, conocida como la Muela de la Madera. La erosión de los cursos de agua ha generado altos cortados con pequeños salientes, ideales para la nidificación y proliferación de numerosas aves ripícolas, y en especial, el buitre leonado (Gyps fulvus).
Acantilados de la muela de la madera. Fuente: propia
El buitre leonado es una de las aves más voluminosas de Europa (95-110 cm de longitud y 230-265 cm de envergadura). Las aves adultas tienen coloración pardo-grisácea y llama especialmente la atención su enorme pico, su cabeza y cuello desplumados y una gola de plumas que rodea la base de éste. Se trata de una adaptación anatómica perfecta para alimentarse de la carroña en el interior de grandes cadáveres. Durante su vuelo se distinguen perfectamente por sus alas ligeramente en “V” y su reducida cola.
Buitres posados. Fuente: Propia
Detalle de buitre en vuelo. Fuente: Propia
Como se ha mencionado, es una especie enteramente carroñera (no caza sus presas), y está especializada en el consumo de grandes ungulados, ya sean salvajes o domésticos. Digamos que se trata de un “limpiador” de la naturaleza. Por esta razón, este magnífico ejemplar estuvo perseguido y entró en declive. Sin embargo, en la actualidad se ha recuperado y en 2021 aparece en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN como Preocupación menor.
De forma habitual, estos animales son esquivos al hombre. Pero en la localidad de Uña es posible avistarlos sin problema y en gran número: no solo desde abajo, contemplando su vuelo, sino desde arriba, mientras que se realiza una impresionante ruta panorámica conocida como “El escalerón y la raya” (PR-CU 37).
Vistas de Uña desde la ruta del "escalerón y la raya". Fuente: Propia
Este sendero de pequeño recorrido (PR) es circular y se inicia en la localidad de Uña. Se sale del aparcamiento situado en el pueblo y continuamos por una pista asfaltada que conduce en dirección a la piscifactoría, rodeando la laguna por la derecha. Cuando llevamos andado algo más de un kilómetro, hay que coger una derivación hacia la derecha hacia el "escalerón", donde comienza la ascensión a la Muela de la Madera. La ruta continúa entre abundante vegetación, compuesta principalmente por pino negral y albar, junto a algunos avellanos, tilos e incluso algún tejo. Una vez finalizada la subida, una pista forestal de tierra nos permitirá disfrutar de una vista privilegiada desde el mirador del Refrentón, situado a la altura de las numerosas rapaces rupícolas que pueblan estos cortados.
Vistas desde el mirador del “Refrentón”. Fuente: Propia
A partir de aquí, si hemos madrugado lo suficiente (antes de que las corrientes térmicas ayuden a la elevación de las aves), comenzaremos a ver numerosos grupos de buitres asomados al abismo, ya sea en el borde de los acantilados de la muela o en sus nidos. Pero debemos ser precavidos, por que si no se espantarán y levantarán el vuelo rápido.
Buitres descansando, esperando a que asciendan las corrientes térmicas. Fuente: Propia
Algunos buitres emprenden vuelo cuando son sorprendidos durante la ruta. Fuente: Propia
La ruta continúa varios kilómetros por una pista forestal, rodeando el Rincón de Uña y sus escarpados acantilados y pasando por encima de la piscifactoría. En la última parte del recorrido antes del descenso al inicio del sendero, atravesamos otro de los escasos pasos para franquear los imponentes cortados, la “raya”, un tramo encajado entre 2 paredones donde se crea un microclima fresco y húmedo que aumenta notablemente la diversidad vegetal, especialmente en helechos.
Mirador-merendero en el camino. Fuente: Propia
La “raya”. Fuente: Propia
Podemos ver el recorrido completo de esta ruta en el siguiente video:
Y para descargar la ruta en nuestros GPS y no perdernos podemos bajarla de Wikiloc (aunque no es difícil y está bien indicada, a veces se nos puede pasar algún desvío):
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