Uña resalta especialmente por su enclave rocoso, una clara muestra de cómo el fenómeno kárstico fue capaz de disolver la caliza y moldearla a su antojo, para darnos a conocer formaciones de belleza singular.
Vídeo donde se muestra el enclave rocoso de esta población
Un karst se produce por disolución indirecta del carbonato cálcico de las rocas calizas debido a la acción de aguas ligeramente ácidas. El agua se acidifica cuando se enriquece en dióxido de carbono, por ejemplo, cuando atraviesa un suelo y reacciona con el carbonato, formando bicarbonato, que es soluble. Tanto el río Júcar como los arroyos que en el confluyen ayudaron en la disolución de la superficie de la piedra (exokarst), lo que dio lugar a la formación de cañones, hoces, lapiaces, bogaces, dolinas y tormagales. En cambio, los fenómenos de disolución subterráneos (endokarst) dieron lugar a un gran número de cuevas, torcas y simas.
Exokarst en forma de pequeño tormagal. Fuente: propia
Endokarst en forma de chimenea. Fuente: propia
En su término municipal destacan numerosos lugares de interés geológico y geomorfológico que convierten a esta población en un lugar de referencia para su visita. De valor excepcional, en Uña encontramos los escarpes de la vertiente meridional de la "Muela de la Madera". También comienza en la población el “Cañón del río Júcar”, donde ya hace manifestación de su grandeza, aunque se muestre más espectacular aguas abajo.
Muela de la Madera. Fuente: propia
Panorámica del Cañón del Río Júcar. Fuente: propia
Próxima a esta población podemos encontrar un exokarst singular conocido como “Las Catedrales de Uña”. Aquí el agua ha tallado estrechos pasadizos de piedra, a modo de laberintos, en cuyo interior no penetra la luz del sol y cuyas paredes están cubiertas por jardines verticales. Se trata de una ruta muy agradable, durante la cual podemos disfrutar de bellos paisajes y de la numerosa fauna y flora autóctona.
Acercamiento a la Muela de la Madera. Fuente: propia
Acceso a "Las Catedrales". Fuente: propia
Pasadizos de roca y musgo. Fuente: propia
Y un poco antes de llegar a las Catedrales, nos tropezamos con la Cueva y Surgencia del Tío Manolo. Con casi 3.000m de desarrollo, se trata de una espectacular cavidad de modelado endokárstico. Su entrada es ancha y está formada por dos partes: la primera es deportiva y llega hasta un lago, donde empieza la segunda, que es subacuática.
Entrada a la Cueva del Tío Manolo. Fuente: propia
Pese a su deterioro antrópico (paredes y techos “pintados” de restos de carburo o expolio de estalactitas y estalagmitas), se trata de una cueva de gran belleza, lo que unido a su baja dificultad propicia su explotación por parte de empresas de turismo de aventura locales. Sin embargo, hay que recordar que para practicar la espeleología es recomendable tener una condición física adecuada y disponer de los conocimientos técnicos necesarios (o ir acompañado por guías expertos).
Próximas a esta población se levantan espectaculares ejemplos de tormagales, como los “Callejones” de las Majadas o la conocida “Ciudad Encantada” de Valdecabras. Además, hay otras rutas para poder disfrutar estas maravillosas formaciones rocosas:
Por otro lado, no hay que olvidar que en la cercanía se halla uno de yacimientos paleontológicos más importantes para el estudio del Cretácico Inferior, el "Yacimiento de las Hoyas". Se trataba de un humedal de clima subtropical, compuesto por un entramado de lagos y charcas de agua carbonatada. Todo ello influyó en la gran diversidad de seres vivos que debieron habitar el lugar. La entrada a este yacimiento es gratuita, pero solo puede ser visitado por colectivos de estudiantes e investigadores, con solicitud previa al Museo Paleontológico de Cuenca (MUPA).
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