lunes, 30 de diciembre de 2019

SANTUARIO DE SAN MIGUEL DE ARALAR: LEYENDA Y TRADICIÓN


En este pequeño viaje que estamos realizando descubriendo algunos de los entresijos de Aralar, sus bosques, sus gentes, sus aprovechamientos, sus costumbres, no nos podíamos olvidar del Santuario de San Miguel de Aralar.
“San Miguel in Excelsis”, está enclavado en la vertiente sur de las cumbres de Aralar, en el término municipal de Uharte Arakil, a unos 1241 metros de altitud. Su iglesia es de arquitectura románica, y en su interior tiene un retablo que es una joya de la esmaltería europea.
Se trata de un lugar emblemático, de gran arraigo histórico, cultural y espiritual tanto para navarros como para guipuzcoanos, ya que la sierra de Aralar es compartida por ambas provincias. Es un lugar de unión, en el que por ejemplo, todos los años a finales de diciembre se celebra el “mendigoizaleen eguna” o día de los montañeros y como manda la tradición (este año se celebraba la 54 edición), cientos de montañeros navarros y guipuzcoanos, ascienden hasta el Santuario por las distintas sendas que le rodean para disfrutar de un día de montaña y despedir el año con una jornada festiva y de reencuentros.
Además de todo esto que hemos resaltado, cuando lleguemos hasta la cima del monte en el que ser erige el Santuario, si el tiempo lo permite podremos disfrutar de unas panorámicas realmente espectaculares del corredor de Arakil o Sakana, con el monte Beriain justo en frente en dirección sur y las sierras de Urbasa y Andía.
La propuesta de hoy pues se trata de subir hasta el santuario y disfrutar desde allí tanto de su historia, sus leyendas como de sus paisajes. En esta ocasión lo haremos en coche desde su vertiente sur, la pista de cemento que parte de Uharte-Arakil, a 7 km de Etxarri Aranaz en dirección a Pamplona (la otra opción en coche sería desde Lekumberri por la vetiente Norte de la Sierra de Aralar).
Comencemos pues nuestra excursión de hoy, realizada un bonito día de diciembre, 27-12-2019:

Iniciando nuestro ascenso por el puerto, nos encontramos con algunos burritos como los de la imagen.



Continuamos la ascensión y tras 8 km más o menos, llegamos hasta el Santuario. Hemos tenido suerte con el día y las vistas son espectaculares.



Si miramos hacia el sur, contemplaremos el monte Beriain y su ermita a más de 1490 metros de altitud.


Si dirigimos nuestra mirada hacia el oeste, las vistas que tenemos en este atardecer de invierno anticiclónico son realmente preciosas: el valle de Sakana, sumergido en la niebla.


Desde el Santuario podemos divisar la sierra de Aitzgorri  de Gipuzkoa en la parte superior izquierda y el monte Putterri (objetivo de nuestra siguiente salida) en la parte superior derecha de la imagen.


Las vistas realmente merecen la pena.




Si nos dirigimos hacia el Este, en días despejados y con atmósfera limpia como el de hoy se pueden ver perfectamente los pirineos al fondo, que aparecen blancos tras las últimas nevadas.



El fresno, “Lizarra” en euskera, es un árbol muy característico de Aralar y de sus pastores. Aquí los vemos en las campas junto a una pequeña capilla. Cerca de este lugar hay un monolito como homenaje y recuerdo de los  5 montañeros vascos que fallecieron en el monte Pumori ( Himalaya) hace ya 18 años. Es significativo que se les homenajeara en este Santuario de San Miguel de Aralar.


Nos adentramos ya en el Santuario. Seguimos el camino de la imagen que nos conduce hasta el mismo.


La parte izquierda es un albergue en el que hay también servicio de hostelería. En su interior podemos reponer fuerzas disfrutando del entorno.

Nada más entrar en el interior del santuario, a mano derecha vemos resumida en un cómic la leyenda de Teodosio de Goñi.


En ella, se cuenta que en el valle navarro de Goñi vivía en el siglo VIII don Teodosio, señor de la comarca. A su vuelta de la guerra con los árabes, se encontró en el camino con un diablo disfrazado de ermitaño, quien le contó que su mujer le había estado engañando con un criado. Al llegar a casa, Teodosio atravesó con su espada a la pareja que yacía en su cama, sin percatarse de que eran sus padres. Como penitencia, el papa le condenó a caminar por los montes cargando una cruz y atado con unas cadenas hasta que éstas se rompieran. Vagando por la Sierra de Aralar, un día se le apareció un dragón y Teodosio invocó a San Miguel, que mató a la bestia y lo liberó de sus cadenas. Allí mismo, Teodosio erigió el santuario en el que se guardan las cadenas y se venera la reliquia de San Miguel.
Las cadenas de Teodosio de Goñi

La imagen de San Miguel, un relicario del siglo XVIII, de plata sobredorada, que representa al arcángel, recorre decenas de localidades navarras todas las primaveras y es recibida por los vecinos y autoridades locales.


Por último, mostramos el famoso “Retablo de Aralar”, una obra de arte del siglo XII, de 2 metros de longitud por 1,14 de altura que preside el presbiterio del templo. Como anécdota, el Retablo fue robado por el famoso ladrón de obras de arte Eric "El Belga" en 1979. Entre los años 1981 y 1985 se recuperaron 16 de los 18 medallones robados y 191 piedras preciosas de las 286 sustraídas, y tras su restauración, volvió al Santuario en 1991.

Retablo de Aralar




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