Soy los ojos de la oscuridad. Yo gestiono el tiempo en el que la luz queda al otro lado del globo y las criaturas del día se amagan y cobijan a la espera de que el astro rey vuelva a darles su momento, y los señores nocturnos llenan de vida este Paisaje Natural Protegido tan rico en biodiversidad.
Hablo
con conocimiento de causa, pues mi actividad empieza en el atardecer, cuando
estos individuos diurnos se preparan y posicionan para pasar a buen recaudo la
noche, y los crepusculares y nocturnos empiezan a salir de sus guaridas
deseando que el sol acabe por irse a dormir. Mi oído además es una herramienta
infalible que me permite no perder detalle de lo que sucede a mi alrededor.
Tengo
además la virtud de encontrar aquí estupendas atalayas que podríamos considerar
“multifuncionales”. Hablo concretamente de la peña de la Foradá que se yergue sobre
la Casa de su mismo nombre, con su forma desplomada mirando al norte que tanto
gusta a esos humanos treparriscos que se reúnen muchas veces en sus paredes
calizas.
Así pues, a mi función de oteador/observatorio
nocturno hay que añadir la de escuela de escaladores y la de trepadero del
arruí, que también gusta de este espolón rocoso para subir a ventear sus melenas
pectorales, con los vientos que suben del estrecho de Agost.
Por lo
que he observado durante años, y mis padres observaron antes que yo, esta roca
resulta tener excelente calidad y diferentes dificultades para este deporte,
por lo que se ha convertido en un referente en el mundo de la escalada
deportiva, han taladrado y dejado pequeños hierros para esta práctica
deportiva( hay más de 145 vías), pero también hay que decir que esta gente es
muy respetuosa con el medio, no dejan basuras, respetan mucho la flora y fauna
y utilizan los senderos sin realizar pateos innecesarios por el monte. Por
ponerles un pero comentaría los voceríos que se suceden a veces cuando alguno
de ellos pasa cierto miedo o tiene una caída que le lleva a dar un grito, bien
de emoción o de impotencia, por no poder superar un lance concreto en su
ascensión vertical.
Volviendo
al mundo nocturno, como rey de la noche que me consideran y cabeza de la
pirámide alimenticia en mi franja horaria, puedo garantizar que la riqueza de
fauna nocturna en este Paisaje Natural es mayor de lo que muchos piensan.
Jineta (Genetta genetta)
Garduña (Martes foina)
Mochuelo (Athene noctua)
Buho chico (Asio otus)
Es por ello que aprovecho esta ocasión para pedir al
lector que en sus salidas al campo (tanto en la roca, en la senda, como en
bici) tenga en cuenta, mínimamente, las reglas básicas de conservación de la
naturaleza, sea consciente que estos ecosistemas son mucho mas de lo que esta
viendo en su visita, por lo que su comportamiento y actitud es muy importante
para la conservación del mismo, e incluso para un mejor disfrute del propio
medio; y que piense que si alimenta este espíritu respetuoso al que aludo,
seremos todos los que salgamos beneficiados.
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