Os sorprenderá sin duda la blancura de una tierra que los árabes dieron en llamar Al-Bayda, " la blanca"; el apodo de un valle con mas de treinta pueblos , cobijados por un hermoso recinto de sierras , de donde manan fuentes copiosas y en donde gozaréis de espléndidas vistas y de umbrías llenas de plantas aromáticas.
Si observamos esta tierra, veremos que hay
algunos sitios donde el paisaje y la gente poseen un equilibrio sencillo,
incluso plácido. Anhelante (casi bucólica) vista de una ruralidad que se
adivina antiguo.
Albaida bonica |
la mayoría de poblaciones son pequeñas y
agrarias muestran una tendencia a la pérdida de peso demográfico o al
estancamiento, pues representan menos del 10% de la población comarcal. Suele
ser aquí donde el paisaje nos reserva verdaderas joyas que guardan las esencias
mediterráneas (en la flora, en la fauna) porque se han conservado sitios y
paisajes llenos de encanto y de autenticidad.
Ermita de Agullent dentro de la misma sierra.
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Los hombres han sabido sacar partido del
territorio y, poco a poco, transformarlo en un notable espacio agrícola: han
ido conquistando y domesticando agricultura, la presencia de las navas,
collados y cerros, montículos y altos donde la vegetación boscosa se mezcla generalmente
asociada a la presencia antrópica, de la mano de masías.
Campo de melocotoneros entre la Covalta y Benicadell.
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