martes, 22 de noviembre de 2022

ERMITAS Y SANTUARIOS

 ESKOLUNBE (KATADIANO)

Este santuario se encuentran los pies de la sierra de Badaia, en su vertiente noroeste.

El camino que por aquí ascendía a la sierra tiene un origen muy antiguo. En la edad media fue muy utilizado, subiendo a Arnate y llegando a Hueto a través de la ruta de Santa Marina.

Vecinos subiendo desde Hueto a Eskolunbe

Junto al Santuario hay un destacado manantial. Antaño, un ermitaño se encargaba de mantener el Santuario. Se le conocía con el nombre de "Pater". En el interior destaca el retablo, joya de lo del plateresco Alavés, obra de Juan de Ayala. La imagen de la virgen, matrona del valle de Kuartango, años atrás estaba colocada en el retablo central.

Entre las tradiciones populares estaba la de elegir un castillo humano, semejante al que aún se levanta a la romería de la Trinidad Kuartango. Actualmente se ha recuperado.


Como abogada de los campos, a ella han acudido en rogativa los habitantes del valle de Kuartango para llevar sus súplicas como intercesora. Además de los días prefijados para cada pueblo, en el caso de que hubiese fuerte sequía o excesiva lluvia que hiciesen peligrar las cosechas, acudían todo el valle a implorar la intersección de esta virgen. Era obligatorio acudir, al menos uno de cada casa.

Hasta aquí Hasta aquí venían muchos sufridores de dolor de muelas para interceder a Santa Apolonia, una de las santas también presentes. Pasaban un pañuelo por la cara de la santa y después lo colocaba en la parte de la cara afectada por el dolor de muelas. En Kuartango era frecuente ir descalzo desde el pueblo correspondiente hasta el Santuario, por una promesa que se había hecho a la virgen.

El 15 de mayo se hacía una procesión con San Isidro desde el santuario hasta el inicio de la campa. Salían por una puerta y regresaba por otra.

En el año 1978 se hicieron aquí las juntas de la sierra de Badaia.

Cada año se va en Agosto desde todos los pueblos de los alrededores a pasar el día a las campas de Eskolunbe, donde se hace romería con varias actividades.

Cuadrilla de mozos y mozas de Hueto en Eskolunbe


NUESTRA SEÑORA DE UBARRIARAN (HUETO ABAJO)

Cuando había una sequía fuerte, venían los dos pueblos, Hueto Arriba y Hueto Abajo en rogativa implorar agua la virgen.

Al oeste de la ermita se halla una finca a la que se llama la "Finca de las Amas". En medio de ella, junto a unas encinas, se encuentra un manantial. Se halla a unos 200 metros, al suroeste de la ermita. De aquí surge agua en los momentos de fuertes lluvias, aunque también aseguran haberle visto manar justo antes de llover.

A unos kilómetros más o menos, al sur de la ermita se localiza la cueva de Santa Cruz. 

SAN ANDRÉS (HUETO)

Lugar de Hueto situado entre Ubarriaran y Aginaga.

SANTA CATALINA

Este rincón de Badaia cuenta con rica historia.

Jardín Botánico de Santa Catalina
Jardín Botánico de Santa Catalina

El lugar debe el nombre a una ermita dedicada a Santa Catalina ubicada junto a la casa torre primigenia, construida a finales del siglo XIII o principios del XIV por el matrimonio Andrés Martínez de Iruña y Mari Sánchez. 

En 1407 la familia de los Martínez de Iruña abandonó el lugar para trasladarse a Vitoria-Gasteiz y donó la propiedad a los Jerónimos, para que levantaran allí un convento. Estos permanecieron hasta el año 1472.

A partir de éste momento fue habitado por los monjes Agustinos, quienes construyeron la iglesia, el claustro (antiguo patio de armas de la torre) y la sala capitular. 

En 1835, los monjes se vieron obligados a abandonar el recinto a causa de las desamortizaciones, y en 1836 fue incendiado en la primera guerra Carlista por el general Zurbano, permaneciendo en un estado de abandono hasta que fue adquirido en 1999 por el Ayuntamiento de Iruña de Oca.

Ahora es un destacado jardín botánico.


SANTA MARINA (HUETO)

Es imprescindible una visita a Santa Marina. La ermita se encuentra junto al viejo camino que llevo llevaba de Hueto a Aperregi. Era un lugar habitual de descanso de arrieros y caminantes.

Almorzando en la campa de Santa Marina, dirección Eskolunbe "Alfredo y Abi"

Josu y Javi

Aitor y Alfredo, representando a Martioda


Es de construcción rural. Cuenta con un pequeño refugio lateral para pastores y montañeros.

Santa Marina


La imagen de la titular es del siglo XVI.

Dicen que la línea divisoria de Hueto Arriba y Hueto Abajo pasa por medio, perteneciendo media ermita cada pueblo. Rogativa ambas localidades de todos los domingos, desde el 1 de mayo hasta finales de agosto. Ahí celebraban la misa. 

La ermita tenía la lámpara encendida todo el año, cada 15 días subió un vecino para ver cómo se encontraba. 

El día 18 de julio los tres pueblos (junto  Aperregi) guardaban fiesta para honrar a Santa Marina. Así lo acordaron. Ha sido tradicional subir el día de San Juan. Además de tomar el rocío benefactor, los devotos recogían ciertas plantas medicinales; espino albar. saúco etc. Las bendecían en la misa y las colocaban en el dintel de la puerta, en forma de aspa, para impedir que los diversos males entrasen en el hogar.

Ha sido frecuente que los devotos arrojasen monedas como ofrenda agradecida a la Santa. En algunas ocasiones los ladrones han tratado de forzar la entrada pensando que obtendrían un botín interesante.

A veces la hermandad de los Huetos se reunía en los campos de Santa Marina para hacer apeos de mojones o resolver cuestiones comunales. Al parecer, también se reunían aquí con los vecinos de Domaikia para dialogar sobre problemas comunes referentes a los montes.

A oriente de la ermita se encuentra la Cueva de Santa Marina. Antiguamente, por aquí se iba a la fuente de su nombre. Caminaban a oscuras, pero los que la conocían no tenían ningún problema en llegar a una pila de agua fresca y clara que se hallaba en el interior. Siempre había agua.

Con el paso de los años, los carboneros que por allí trataban, excavaron en la roca, en forma de peldaños, para bajar directamente al agua, y de ella se surtían. Entonces podían acceder al agua por los dos lados.

Otra versión afirma que esta escalera la hicieron dos curas que estuvieron deportados en esta zona, y que tenían que subir a decir misa a los pastores todos los domingos y festivos.

Aseguran que el agua que brota del manantial bajaba hasta el pozo de la casa del Cercado, lugar de ocio del conde de Martioda.

 Decían los mayores que la cueva de Santa Marina había un Basilisco. Varias son las narraciones legendarias que hace referencia a esta sima.

Cuenta una leyenda que dos hombres de Abornikano se fueron a Vitoria a vender unos bueyes. Se acercaban hasta la capital Alavesa un jueves, por ser día de mercado. La vuelta, como era habitual, la hicieron por este viejo camino de Badaia. Traían los dineros bien ocultos, para evitar que nadie pudiera hacerse con ellos. No permitían que nadie robara su pequeña fortuna. Al llegar cerca de la ermita de Santa Marina advirtieron una tenue luz, lo que les indujo a pensar que podrían ser algunos bandoleros que merodeaban por la zona, en realidad era la luz que alumbraba a la santa. Para evitar tropezarse con los supuestos ladrones, pensaron que lo mejor sería dar un pequeño rodeo. Así lo hicieron, pero fue tan infausta su suerte que cayeron a la torca de Santa Marina, una de las múltiples trampas naturales que este monte encierra, ocultas por la maleza o por la noche. Nunca más se supo de ellos. Dicen que los días de fuertes tormentas, cuando sopla con furia al viento, se les oía gritar con desesperación a los dos hombres.

La peligrosidad de esta sima hacía que los vecinos decidieran taponarlas. La empresa no era fácil, pero ya lo habían conseguido en otras ocasiones. El método tradicional consistía en cortar y colocar troncos de árboles y ramas sobre ella, coronado todo ello con una capa de tepes. El suelo firme impedía que se desgraciaran animales o personas. Concluido el trabajo llegó el momento de celebrarlo con un buen almuerzo y el correspondiente vino. Alguno propuso merendar encima de la torca, demostrando que habían conseguido doblegarla. Sin embargo, los mayores no estuvieron de acuerdo en esta muestra de orgullo. La vieja tradición atribuía a esta sima un carácter siniestro y poderoso que no convenía desafiar. Los más jóvenes aceptaron el dictamen de los mayores, no sin antes hacer comentarios jocosos sobre sus supersticiones. Cuando se hallaban en plena merienda, junto a la torca, un gran estruendo se oyó junto a ellos; Toda la construcción se había venido abajo, engullida por las profundidades.

Con 10 o 12 años, mi tío (el pastor), nos animó a mis primas y a mí a entrar en las torcas de Santa Marina. En la romería, como los mayores estaban con sus cosas, mis primas y yo nos animamos y entramos, por un lado, con unos simples mecheros. La verdad que la entrada era bastante angosta, y había que arrastrarse como una serpiente. Recuerdo que después de unos metros, podías ponerte de pie perfectamente. En el interior surgían unas hermosas galerías, incluso con ventanas. Me quede unos segundos quieta, la última de la fila, pensado en que misterios habría donde la luz no me dejaba ver, con la curiosidad infinita de una niña. No me quede mucho más, aunque era muy valiente, no sería yo la que acabaría mirando al Basilisco, así que seguí de frente.

Almorzando en Santa Marina

Además, de esta gran torca, hay otras dos pequeñas cerca de la ermita. Una de ellas se llama la torca de Miñastu.

A una se le denomina "La sima de la escopeta". Es una pequeña sima tanto en lo que se refiere en su boca como en su profundidad. Solían estar tapada con ramas. Se llama así porque, cuando la descubrieron en 1962, encontraron en ella una escopeta. Al parecer la dejaba aquí un cazador en sus actividades furtivas.

SANTIAGO (HUETO ARRIBA)

Cerca del pueblo, en dirección al barranco de la Oca, se encuentra la ermita de Santiago. Popularmente se le conocía como Santiago Matamoros. Había costumbre de ir desde la iglesia a la ermita en procesión.

Cerca está un molino relacionado con las brujas. Al intentar construir una presa, se hizo un socavón y la mayoría del agua se escapaba por allí, decían que era cosa de brujas.


*Los datos y la información para la realización de este blog la he obtenido de: Wikipedia, el libro "La Sierra Brava de Badaia" de Carlos Ortiz de Zarate y de vecinos y familiares.

*Las fotos son propias y de https://www.tierrasinsolitas.com/jardin-botanico-de-santa-catalina-alava/

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