viernes, 25 de noviembre de 2022

La repoblación llevada a cabo por Ricardo Codorniú

 La deforestación de Sierra Espuña fue una muerte anunciada, ya que se veía abusando de los recursos madereros de la zona desde el siglo XVIII, pero la gota que colmó el vaso fueron las desamortizaciones que se hicieron a comienzos del siglo XIX, que buscaban repartir las tierras para sacar más provecho de ellas. Esto conllevó una sobreexplotación de los recursos ya desgastados de la zona, provocando que para finales de siglo la sierra estuviera prácticamente desértica y sufriera grandes procesos de erosión y desertificación, como una consecuencia por la falta de vegetación que fijara los suelos y los protegiera. 

Fotografía del Morrón Largo de Sierra Espuña en 1891, obtenida de www.murciaplaza.com

El ingeniero forestal Ricardo Codorniú se propuso como objetivo repoblar la sierra al completo, y para esto llevó a cabo estudios de diversos tipos, como orográficos y climáticos, y también aplicó criterios medioambientales y ecológicos que fueron completamente revolucionarios para su época. Gracias a toda esta metodología e interés, se le consideró un pionero en la Educación Ambiental en España, sin olvidar que, gracias a él, Sierra Espuña es en la actualidad el pulmón verde de Murcia, así como una de las zonas de interés ambiental y turístico más destacadas.

Fotografía de Ricardo Codorniú inspeccionando los trabajos de repoblación, en 1898, obtenida  del Archivo General CARM

Esta repoblación se llevó a cabo a lo largo de más de 12 años, en los cuales se reforestaron más de 5.000 hectáreas, a la vez que se crearon sendas, puentes, caminos, diques y viveros, estos últimos con el objetivo de germinar allí mismo las especies que luego serían replantadas, asegurando así un mayor éxito en la repoblación. En los 20 años posteriores a esta reforestación, el paisaje cambió radicalmente, lo que hizo posible que ya en 1931 fuera declarado Sitio de Interés Nacional. 

Fotografía de una ladera repoblada, en 1940, obtenida del Archivo General CARM

Las especies arbóreas que más importancia tuvieron en estos trabajos de reforestación fueron los pinos, variando su especie en base a la altitud y a otros criterios ecológicos. A día de hoy podemos encontrar principalmente tres tipos de pinos: el pino carrasco (Pinus Halepensis), con representación hasta los 700 metros de altitud, mezcla de pino rodeno (Pinus Pinaster) con pino negral entre los 700 y los 1300 metros de altura y pino negral (Pinus nigra) hasta los 1500 metros de altura.  

Fotografía de Sierra Espuña en la actualidad, tomada por María Celdrán

Como curiosidad, mencionar que toda esta reforestación fue un trabajo muy duro, ya que se hizo utilizando mulas para transportar los plantones y semillas, si bien en las zonas inaccesibles el método que se utilizó fue el de disparar las semillas con un trabuco, algo que no dio muy buen resultado, ya que éstas quedaban expuestas y eran devoradas por pájaros y hormigas.

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