martes, 22 de noviembre de 2022

VEGETACIÓN


El manto vegetal es variado en esta sierra. En la zona comunal es escaso; la mayoría está destinado al pastizal, la zona sur que es más alta es la más pobre en arbolado, mientras que la zona norte más baja conserva algunos robles.


El roble de Ziharte con un manto de nieve

 Entrando en los montes particulares, las laderas sur y este disponen de un gran arbolado sobre todo de encinas. Adentrarnos en estos valles nos permite contemplar una gran riqueza paisajística. La ladera de Kuartango sufre grandes contrastes, unas zonas están desiertas, mientras que en otras podemos encontrar una gran variedad de árboles.

 En la ladera norte, influenciada por la humedad, surge con fuerza el haya.

La gente rural ha sentido un profundo respeto por los árboles. En ellos veían algo más que una fuente de riqueza. Solo lo derribaban cuando era imprescindible para el mantenimiento del hogar o para hacer limpieza en el monte "suerte de leña".

Un ejemplo de esta veneración hacia los árboles lo podemos ver en la costumbre de hacer las juntas bajo un árbol significativo. Así ocurría en el monte Yarto en Kuartango, donde las reuniones se celebraban bajo una encina.

También consta que los vecinos de Pobes se reunían para solucionar los problemas comunes bajo un gran roble.

En 1733 se reunió la junta de Gibijo con los representantes de Delika en la encina de Bagate para hacer un apeo.

Árboles destacados; el medio de la geografía de esta tierra es frecuente ver algunos árboles, roble o encinas, de un destacado tamaño. Normalmente junto a los pozos de agua.



Servían de hacer estadero al ganado. Aseguran que, además de la sombra, debajo de ellos se creaba una corriente de aire que refrescaba los animales tanto o más que la misma sombra.

ENCINA

La encina es el árbol más abundante de la Sierra Sur. Su resistencia al calor y a la escasez de agua ha hecho que ocupe gran parte de los montes propios.

Normalmente son ejemplares de tamaño reducido, pero también encontramos algunos de gran porte. Antiguamente había muchas encinas gordas y huecas en la sierra.

Una zona donde había bastantes, era sobre el convento de Santa Catalina, un año hubo una ventolera tan fuerte que arrancó la mayoría.

Al hacer la suerte de leña de Trespuentes, cuando tocaba una encina hueca, el que tenía abejas aprovechaba sus troncos para hacer un cuezo.

Sus bellotas han sido alimento de las palomas torcaces.




Las cabras comen hojas de encina en invierno. Aprovechan que la nieve tumba las ramas para comer hojas tiernas. La encina es un tipo de árbol muy duro para cortar.

Aseguran en Kuartango que, cuando tenían que introducir una cuña para rajarlo (en la suerte), era fácil que rebotase. Para evitarlo hacían lo siguiente, clavaban el hacha donde pensaban introducir la cuña y la sacaban, y en la grieta introducían unas pequeñas piedras y después, con la masa, la aplastaban, entonces ya podían introducir la cuña, pues no rebotaría luego.

 La corteza de encina joven se ha utilizado con mucha frecuencia para combatir la descomposición, tanto de las personas como de los animales. Se cocía en agua y se tomaba.

En Badaia hay varios ciervos macho. Con sus astas vareaban las encinas para tirar la bellota cuando está madura. Ningún animal les hará frente para robársela.

Las verrugas de encina vieja servían para hacer las bolas con las que jugar a bolos.

ROBLE

Después de la encina, es el árbol más abundante en Badaia.

Existen magníficos ejemplares.




En Domaikia utilizaban los troncos de los contornos viejos como pilas para lavar la ropa con ceniza, del mismo modo que en otros lugares utilizaban las de piedra o de cinco.

Había un tocorno en Domaikia, hueco por la parte superior, en donde se depositaban los perros muertos del pueblo.

En Trepuentes elaboraban la barra del carro con madera de roble. Lo cortaban en otoño cuando la madera no sudaba, y la trataban en menguante, para que no le entrase en la gardama.

A las agallas de roble, en Zuia se las denomina Kurrumetas, ya las grandes Kurrumetones.

En Kuartango, a las primeras se les domina Kukumeles y a las más grandes Kurabatxas.

Los muchachos de Mendoza hacían con las agallas pipas para fumar, añadiéndole una caja de ajan (liana de los árboles). Fumaban espliego.

En la zona de Zuia, para favorecer la pesca, solían hacer en las Baias unas pozas con troncos de roble cruzados en Diagonal. Estos troncos retenían el agua y de esta manera había más peces.

FRESNO

El Fresno ha sido un árbol muy valorado en el mundo rural, en general, y por los pastores en particular.

Abundan los pueblos y difícilmente faltará junto a una chabola. Su madera es más flexible que otras, por lo que se le da mucho muchas aplicaciones prácticas. Además, crece rápidamente, adaptándose a cualquier terreno.

Era muy valorada para hacer bastones, varas de arados, mangos de hacha y alzadas etc. no utilizaban ramas ya que se astilla más, sino troncos jóvenes.

Cuentan en Trespuentes que los carniceros lo querían a este árbol como tronco para cortar la carne.

Cuando la hoja estaba en su sazón, cogían ramas jóvenes y la guardaban para alimentar al ganado en el invierno.

Se le daba también un sentido protector, por eso abundan junto a las chabolas y las casas rurales.

En Riberalta lo usaban para combatir el lumbago. Ponían a cocer unas ramas en 2 litros de agua, las mantenían hasta que el agua se redujese a la mitad. Durante nueve días se tomaba una taza de esta infusión. Era más práctico si se hacía con su corteza.

En Kuartango hacían silbos con él. Cortaban una pequeña rama de fresno cuando sudaba en primavera, de unos 10 cm. No debía tener nudo. En uno de los extremos del palo, cerca del final, se le hacían la incisión alrededor del mismo, cortando la piel, pero no la madera. En el otro extremo se hacía un rebaje, que sería la boca del silbo. Un poco más adelante también se le hacía un agujero en la corteza y la parte de la madera. Con la cacha de la navaja se le comenzaba a dar golpecitos en toda la corteza para que aflojará, una vez aflojaba la corteza, la sacaban entera. Cortaban una tira de madera de adelante atrás, la mojaban, la volvían a colocar y silbaba.

Junto a la casa de juntas de Askegi se han plantado varios fresnos, en representación de los diversos pueblos que forman parte de la sierra.

HAYA

El haya también es un gran protagonista en los bosques de la sierra más sombríos.

Haya ahuecada


 Con una altura de 40 metros, crece verticalmente si está en grupos, o bien ramifica a muy temprana edad si se encuentra aislado.

ACEBO

El Acebo puede ser macho o hembra. La hembra produce unos frutos rojos característicos. Antaño hubo poca población.



Para algunos se debió a la corta másiva que se producía en Navidad, con el objetivo de colocarlas en las casas, a modo de ritual.

Otros piensan que nuestros antepasados ejercían sobre él un fuerte control, talaban la mayoría de los machos por su efecto depredador sobre otros árboles y dejado las hembras para su utilización en Navidad y para la elaboración de la liga con la que cazar pájaros.

Sea como fuere, hoy es un árbol que se puede ver en abundancia.

Cuando es comido por los animales, sus hojas desarrollan pinchos para defenderse. Las hojas altas suelen carecer de ellos. 

MADROÑO

Otro de los árboles significativos de Badaia es el madroño. 

Se le conocen con el nombre de Borto.

En muchos casos no pasa de ser un arbusto, aunque no faltan de más corpulencia. Destaca por su fruto, alimento para muchos animales en invierno.

Es comestible, aunque la tradición popular afirma que no conviene abusar de ellos, pues producen dolor de cabeza.

Ha sido tradicional recoger sus ramas para el domingo de Ramos para bendecir, eran colocados en la puerta de las casas y las fincas como protección.

En Domaikia, los ramos bendecidos se colocaban en la mitad de las fincas de cereal de tal manera que, cuando, a llegar al ramo se sabía que había realizado la mitad del trabajo, en ese momento se detenían a beber un trago de vino.

En esta misma localidad zuiana, un ramo se colocaba en la huerta, pasando de una zona otra de modo que siempre quedase en la zona más desfavorecida para que le ayudase a mejorar.

Su madera muy dura, era utilizada para cuñas de carro, mangos cortos, orejeras de aladro etc.

Las abejas que iban en las hiedras o en los madroños sacan una miel amarga.

ESPINO DE ALBAR

Su fruto recibe varios nombres en Zuia; Abilurri, Periquitos, Peras de la Virgen etc.

Aseguran el Urkabustaiz que, en primavera, el espino de albar es venenoso, por lo que no conviene clavarse espinas en esta época.



Antes de ser construida las loberas de piedra, se hacían con empalizadas de árboles y arbustos. Uno de los materiales utilizados era el espino de albar. Posteriormente, cuando era paredes de piedra, en algunos casos se reforzaban con espino. Así sucedía, por ejemplo, en la de Gibijo, colocándolos en la parte superior, perpendiculares a la pared de la lobera, de tal manera que la de dificultar aún más un posible salto del lobo. Para que no se moviesen los espinos, se ponían en el medio unas piedras, con el fin de que los sujetase en la pared.

En algunos pueblos de Zuia y Urkabusteiz, el espino albar era muy valorado para calentar el horno donde se hacía el pan.

En San Juan, era costumbre en Mendoza llevar a bendecir un ramo de rosas con una ramita de espino albar. Posteriormente, este ramo lo colocaban en el balcón, como defensa contra los rayos.

ENEBRO

El enebro es un arbusto muy común de esta sierra. La tradición popular lo asocia a rituales curativos.

Lo usaban para quitar las verrugas. Debían coger tantas vallas de enebro como verrugas tuviesen y esconderlas en algún lugar donde no fuese a pasar un largo tiempo. A los pocos días desaparecian las verrugas.

HINASTRA

Las hinastras son arbustos con cierto parecido al enebro, pero se diferencian en que no pinchan.

 Como arden muy bien, se recogían al hacer "la suerte" de leña y se utilizaban para iniciar el fuego, para calentar el horno al hacer el pan, para catentar la caldera de la comida de los cerdos, para calentar el agua cuando se lavaba con ceniza etc.

BOJ

Afirman que en Trespuentes que antiguamente, se comía con cuchara de palo. Se elaboraba con boj.

En Kuartango, la manera de echar a suertes entre los vecinos era que se utilizada unas bolas huecas de boj, en cuyo agujero introducían tantos números como casas. Se sacaba una de las bolas y estas indicaba el punto de partida de la actividad, siguiendo la renque establecida.

MUÉRDAGO

El muérdago es una planta parasitaria muy frecuente en Badaia y en su entorno. Su apreciación era  anbivalente, por un lado, era rechazada porque afecta negativamente a los árboles en los que se asentaba, por otro lado, era utilizada como ritual de protección de las casas. Cuando llegaba el día de Año Nuevo, algunos vecinos colocaban un ramo de muérdago en la puerta de las casas. No faltaban quienes lo ponían dentro de la misma. Aseguran que era para ahuyentar los malos espíritus y las personas dañinas.

Árbol parasitado por muérdago en la sierra


En su día preferían coger el muérdago de los manzanos.

En otros hogares, el muérdago formaba parte del belén navideño.

Algunos vecinos de Kuartango lo utilizaban en infusiones para bajar la tensión.

Los niños cogían sus vallas y hacían con ellas liga para cazar pájaros.

En Urkabustaiz cuentan que algunos pastores usaban el muérdago con un sentido curativo, para ello necesitaban que sus frutos estuviesen maduros.

Dos eran los principales usos; para que los animales arrojasen la placenta tras el parto, y para curar unas manchas que le salían algunos ganados, a modo de sarna. Para ambas funciones cocían la planta. En el primer caso les daban a beber esa agua y, en el segundo, se les aplicaba en la zona afectada.

ARCE

Arce de montpellier con 3 lóbulos


Gran cantidad de arce de montpellier nacen en los caminos que transcurren la sierra de Badaia. Es un árbol con una forma globosa, con numerosas ramas que se subdividen en una gran maraña de ramillas, conformando un aspecto denso. nacen en los caminos que transcurren la sierra de Badaia.

También habita el arce campestre en estos terrenos. 

Arce campestre con 5 lóbulos


FLORES

Una gran cantidad de orquídeas nacen en la sierra de Badaia, y cientos de flores silvestres. Os enseño una parte de las fotografías que hice para el "Herbario Digital" de la asignatura de Botánica.


Geranio de caminos

Hierba de herradura

Orquídea avispa sin abrir

Orquídea avispa

Orchis Abiensis Reut. ex Gren.

Flor del gamón

Sangre de Cristo o Satiricón manchado

Adonis de primavera

Lathyrus pannonicus (Jacq.) Garcke

Orquídea púrpura


 Orquídea Sabateta

Pimpinela menor





Coronilla de fraile



Ajipuerro

Escila de la primavera

Nazarenos

Perdiguera blanca


Hombrecillo ahorcado

*Los datos y la información para la realización de este blog la he obtenido de: Wikipedia, el libro "La Sierra Brava de Badaia" de Carlos Ortiz de Zarate y de vecinos y familiares.

*Las fotos son propias.



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