lunes, 28 de noviembre de 2022

Vecino de una fraga

Hoy visitamos a conocido como “Eiras”. Él fue el que nos ayudó a dar con las construcciones de “ouriceiras”, de las que ya os he hablado. De hecho, es la persona que ha ayudado a todo aquel que se ha interesado por encontrar algún lugar dentro de la fraga y que sin su ayuda no habría podido encontrar. Vive al lado de la fraga, en el lugar de O Covelo, donde se encuentra una de las entradas a las rutas.




Foto de nuestra visita con "Eiras" a la fraga de Os Casás.


   

   Su conocimiento de este lugar es impresionante, le viene de todas las visitas que desde niño ha realizado a este lugar, nos ha contado que tiene recuerdos desde los 8-10 años, cuando todos los vecinos del lugar iban pasar el día al monte, se juntaba un rebaño común de 40 vacas y 100 ovejas que pastaban en la fraga. Hoy a sus 74 años, todavía se adentra en ella para ayudar o para recoger los materiales que utiliza para hacer cestería. Así que sí, este vecino aún utiliza materiales, que la fraga lleva ofreciéndole toda la vida, para hacer cestos. Todo lo que necesita para ello se lo ofrece este lugar. 


 Hoy en día la cestería, uno de los oficios más tradicionales y antiguos, incluso más que la alfarería, ha sido sustituido por la producción con plástico de otro tipo de contenedores y la realización de estas pequeñas obras ha quedado relegada a un segundo plano.

 

“Eiras” nos contó que aprendió a hacer cestos cuando era un niño utilizando “bergas”, nombre que se le da a las tiras anchas de madera, sobre todo las de castaño, un material bonito y bueno, que no se pudre. Lo que se utiliza de este son tiras, hechas de los finos troncos, recogidos mejor en invierno (pues después la madera no rompe tanto) sacados los brotes de cepas de árboles, que fueron cortados para otros usos como la producción de tablones. En aquella época se hacían de diferentes tamaños y formas, dependiendo de su función. Estos cestos eran imprescindibles para la vida diaria, se utilizaban para la recogida, transporte y almacenamiento de los productos del campo y muchas más cosas. De ahí, la importancia antaño de este oficio, podéis imaginaros la cantidad de cestos y cestas que podía llegar a haber en cada casa, todo estaba metido y era transportado en ellos. Hoy en día estos cestos se resisten a desaparecer, podemos encontrarlos en nuestras casas con fruta o al lado de la lavadora.




Cestos que utiliza "Eiras" en su casa.




 

 Así pues, mucha gente en las aldeas se dedicaba a hacer cestos, con los materiales recogidos en los montes, para después venderlos en ferias, con un precio desde 6 pesetas. “Eiras” recuerda que todos sus vecinos iban a la fraga a recoger materiales para hacer cestos y luego venderlos en los mercados. Ese dinero que ganaban ayudaba a la economía familiar común. Lo que se ganaba era para todos y así podían comprar lo que hacía falta en casa. Nos cuenta que hasta que se casó, el dinero que ganó lo entregó en casa. Recuerda que en el monte estaba todo aprovechado, no como hoy que hay tanta leña tirada (dice), antes se recogía toda.

 

En los últimos años se ha hecho una puesta en valor de este arte ancestral pues se han implicado personas que no quieren que esta tradición, ni las habilidades transmitidas por generaciones pasadas mueran. En el rural gallego se realizan cursos de cestería que intentan transmitir este oficio del que antes se podía vivir y que hoy en día la mayoría de la gente aprende como hobby.


Nuestro vecino nos ha explicado un breve esbozo del laborioso y largo proceso de fabricación de un cesto, que puede llevar más de un día entero de trabajo. Comienza con la recogida del tronco de castaño, luego este se mete en el horno para secarlo y así pele. Después se procede a hacer las láminas de madera, el proceso más laborioso pues hay que ir librándolas hasta que obtengamos la flexibilidad necesaria para poder moldearlas después y que no se rompan.



Útiles de trabajo


Muestra de tronco para obtener láminas

Horno de leña para cocer madera

Zona de trabajo




A continuación os dejo dos videos con unas pincelas de como se hacen las láminas y de como se trabajan hasta obtener el grosor deseado:




                                           



Finalmente, puedo deci


r que he aprendido mucho sobre este lugar y en un futuro me gustaría que muchísima más gente pueda disfrutar de él.


Y por cierto, además de lo aprendido tuve la suerte de traerme un cesto de mi visita :)




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