domingo, 8 de noviembre de 2020

Acampada bajo las estrellas: el embalse de Buseo

A sólo 5 kilómetros de Chera se encuentra el embalse de Buseo y su zona de acampada.
La construcción del embalse comenzó en el año 1903 y su puesta en servicio fue en 1915, que con una capacidad de 7,5 hectómetros cúbicos, fue el más grande de la provincia de Valencia hasta la inauguración del embalse de Benagéber en 1952. La finalidad del embalse era la de regar la huerta valenciana, cosa que podía realizarse hasta dos veces y media al año por su capacidad. Tras la construcción de embalses más modernos, el uso del de Buseo ha quedado relegado al turismo.

Para quien desee conocer más detalles de la construcción, puede seguir el siguiente enlace a un recorte de periódico, donde además se adjuntan bocetos de la obra, que fue un logro para la ingeniería de la época:

Fotografía: www.encherate.com

La aventura empieza en el propio camino: para llegar hasta el embalse, debemos descender por una pista forestal no asfaltada pero en buen estado. A lo largo del trayecto podemos ver el paisaje abrupto que nos dejan las montañas llenas pinos, robles valencianos y arces, mientras descendemos más y más hasta la vaguada del río Reatillo.


Por fin llegaremos hasta una pina, bajo la que continúa el camino, pero ya podremos ver el río. En este punto, habremos llegado al área habilitada para acampadas. En el pantano de Buseo, previa solicitud, podremos acampar y disfrutar de noches en medio de la naturaleza y a orillas del agua, con duchas y paelleros habilitados por la Generalitat.

A orillas del río Reatillo

En el propio embalse está permitida la pesca, para quienes disfruten de ella. Además, hay algunas cosas que ver. Deshaciendo el camino, podemos encontrar un sendero que sube por la ladera de las montañas hasta un mirador, desde el que se divisa el pantano y sus alrededores.
Pero la ruta más interesante es la que nos lleva hasta el barranco de la hoz:

Seguimos hasta el final de la zona de acampada, hasta que el camino se bifurca. Un camino descendente nos llevará hasta la orilla donde el barranco desemboca en el embalse.

Desembocadura

El otro camino nos llevará a través de un estrecho sendero a la sombra de la montaña, remontando el curso del arroyo.


Al final llegaremos al barranco, repleto de vegetación y con sus paredes elevándose sobre nuestras cabezas. Aunque el caudal no suele ser excesivamente abundante, tras una lluvia torrencial podríamos observar un espectáculo de saltos de agua, aunque hay que tener mucha precaución al acercarnos en esas condiciones. Sea como sea, durante todo el año es un paseo muy recomendable.

Arroyo en el barranco

Barranco de la Hoz

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