La "Majorca New Land Company" fue fundada e Londres el 2 de Marzo de 1863 por un total de 8 accionistas, y su objetivo era comprar y poner en funcionamiento, una concesión que fue otorgada por la Reina de España, para el drenaje de ciertos pantanos de la isla de Mallorca, conocidos como las "Albuferas de Alcudia". Comprar si es necesario, terrenos de la misma isla para drenar, regar, construir edificios, carreteras, muelles,...
Los protagonistas fueron;
John Frederick La Trobe Bateman (1810-1889), fundador de la empresa en el 1863, ingeniero civil
W. Green: Ingeniero en cabeza del proyecto de desecación. Compaginaba su oficio profesional con la de pastor protestante, y vivió en una casa a las afueras de Alcudia.
R.H. Warning: Ingeniero encargado de ejecutar las obras de desecación proyectadas principalmente por Green, y seguiría después como director de la New Majorca Land Company, como representante y portavoz. Fue el único que se quedó a vivir a Mallorca, donde falleció el 5 de Octubre de 1914.
Lee La Trobe Bateman: El hijo menor de los 8 que tuvo J.F. Bateman, heredó la finca agricola de s' Albufera. Casado con Doña Beatriu tuvo una vida muy activa en Palma, fundó la colonia agrícola de Gatamoix, en el momento de mayor esplendor de la finca.
"Son cosas de progreso, no de brujería". Durante un pleno del ayuntamiento de Sa Pobla, el 1867, el alcalde Socies, se refirió así a las maquinas de la "Majorca New Land Company" utilizaba en su descomunal proyecto para desecar la albufera.
Según relata el vicario Perera, llegaron a trabajar 1500 personas, para convertir el humedal, en tierras de cultivo, que hasta el momento estaban sin canalizar hasta el mar, pero los ingleses no pudieron desecar toda la albufera. Aún es posible ver los caminos, acequias, puentes, canalizaciones, y una segunda gran obra de ingeniería: la conducción de el agua de la fuente de Son Sant Joan, con un canal de riego que perimetraba la albufera y solucionó así los problemas de la infiltración del agua saldada.
Las obras duraron hasta 1870. Entonces Green ya había sido reemplazado por Henry Robert Warning. La finca se comenzó a explotar agrícolamente, y recalcar la gran inversión realizada. Las dos grandes recolectas fueron de cebada que después se exportó para alimentar los caballos que participaban en la guerra francoprussiana por Alsacia y Lorena.
Después de dos años, se empezaron a alquilar parcelas a los payeses , pero el negocio nunca fue rentable, aún así los Bateman no querían renunciar a la finca, "la intuición dice que se enamoraron de la finca", pero al final tuvieron que malvender al terrateniente Gual de Torrella, después de un conflicto judicial. Su historia acaba de manera trágica cuando quiebran y abandonan la albufera.
Libro de Pere Perelló, La presència anglesa a l'Albufera de Mallorca (1863-1896), editado por la revista Sa Plaça, revela parte de esta historia.
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