lunes, 15 de noviembre de 2021

La herida del fuego


 El 25 de septiembre de 2020, tuvo lugar uno de los incendios más grandes de s'albufera de Mallorca. Según el informe todo empezó en el Camí de s'Amarador, en el término municipal de Muro, donde se calcinaron 438 hectáreas el (25% del parque), de canyet (Phragmites australis), entre otras especies, 30 casas desalojadas y 3 casas arrasadas. Actuaron más de 170 efectivos, y un gran despliegue de medios aéreos. 







                    Fuente: imagen del autor Camí de s'Amarador



Las condiciones meteorológicas adversas no ayudaron en la extinción ya que tuvimos una temperatura de 20º, humedad relativa de 48% y  rachas de vientos superiores a los 100 km por hora, por lo que el trabajo de los medios aéreos prácticamente era nulo, ya que lo que conseguían apagar volvía a encenderse muy rápidamente. Para los bomberos nos supuso un gran esfuerzo debido a la difícil movilidad entre los canales.


                                                    Fuente: imagen del autor



Sobre las causas se cree que el incendio fue intencionado, ya que se produjeron dos puntos de inicio de 5 horas de diferencia, produciendo un incendio sobre otro. 

Topónimos como Ses Jonqueres Veres, Camí dels Polls, s'Amarador, Camí des Forcadets, Son Fornarís... están ligados a puntos de inicio de incendios intencionados, con clara intencionalidad cinegética (eliminación de la vegetación para facilitar la caza de aves acuáticas), si nos fijamos en las fechas de los incendios vemos que suelen ser provocados a principio de otoño y invierno, que es cuando el canyet está más seco, y siempre en días de fuerte viento. 




Video de arriba: fuente de Informativos IB3, principales hipótesis, y explicación de las actuaciones según el avance del fuego

Video de abajo: Fuente diario Última hora, vista de dron:




A día de hoy se puede decir que el humedal está casi totalmente regenerado, ya que los sustratos o cubiertos de agua de estos ambientes protegen la biomasa subterránea la cual presenta yemas de renuevo de los vegetales que permiten la rápida regeneración de las especies, no obstante cuando esos bulbos no están tan protegidos el daño es mucho mayor y limita el rebrote.


 En mi opinión el mayor daño, (a parte de las emisiones de gases efecto invernadero), lo sufren las especies que habitan en estas zonas, desde los invertebrados y otros microorganismos a pocos centímetros del suelo, como aves que no pueden volar, o muchas que han sido desplazadas y han perdido su hábitat, refugio, recursos tróficos, aumento de la depredación,...


En su día se realizaron quemas prescritas en la zona, las cuales fueron de gran ayuda y se minimizaba el impacto de los posibles incendios intencionados.



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