PARQUE NATURAL “LA SIERRA DE LA ENCINA DE LA LASTRA”, UN PARAJE MEDITERRÁNEO EN EL NOROESTE PENINSULAR
El parque natural de la sierra de la Encina de la Lastra es un espacio natural protegido español situado en el noreste de la provincia de Orense, tiene una superficie de 3151,67 ha y una altitud media de 684 m. Coordenadas 42°27′52″N 6°50′26″O. Se trata de un valle de piedra caliza de pendientes pronunciadas y cantiles en los que se instalan bosques mediterráneos en el municipio de Rubiá, comarca de Valdeorras, que fue declarado parque natural en el año 2002 por la Xunta de Galicia.
Fotografía propia
Atraviesa el Parque Natural por Covas la carretera N-120 Ponferrada-Ourense y la línea ferroviaria. Rodea la sierra desde la N-120, hacia el norte, la comarcal OU-622.
Sierra de la Encina de la Lastra
La Serra da Lastra es el oriente natural de Galicia. Aquí la encina (Quercus rotundifolia) es un árbol con historia propia. Nos habla de clima mediterráneo y de los suelos calizos que precisa para existir. Por eso resulta escasa en el resto del territorio gallego.
Dentro encontramos un Centro de Interpretación del parque, que muy gustosamente nos explica el guía "Toni"dándonos cuenta de las 4 partes que se subdivide tal, siendo : la zona de reserva, la zona de uso limitado, la zona de uso moderado y la zona de especial protección (que hablaremos posteriormente) y toda su fauna, flora, entornos geológicos, patrimonio artístico-cultural...
Fotografía propia
Es declarado por la Xunta de Galicia, Cosellería de Medio Ambiente, por medio del DECRETO 157/2002, de 4 de abril, aprobándose para su gestión y protección un PORN (Plan de Ordenación de los Recursos) DECRETO 77/2002, de 28 de febrero, que se desarrollo por medio del correspondiente PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) DECRETO 101/2019, de 11 de julio.
Da nombre al Parque Natural pues parece ser que una encina de grandes dimensiones servía antaño de guía a los viajeros por estas encrucijadas. Es sólo una historia, pero una encina como ésa se puede admirar en un solar próximo al cementerio de Covas, y cuenta con el reconocimiento de Árbol Singular.
Acompañan a la encina otras especies de tipo mediterráneo: alcornoques (Quercus suber), rebolos (Quercus pirenaica) (roble de tronco pequeño), almendros (Prunus dulcis) y olivos (Olea europaeae). También hablamos de los castaños (Castanea sativa) y retrocedemos dos mil años. En aquellos tiempos pasaron los romanos que llevaron de estos montes el oro para enriquecer el Imperio. Dejaron a cambio dos tesoros: la lengua y los castañales, elementos magistrales de este paisaje.
A nadie dejará indiferente la belleza de las torres montañosas de los Penedos do Oulego, las formas del barranco del Val do Inferno, los cortados de Pena Falcueira. El Sil divide este sistema montañoso generando un cañón de fuertes pendientes. El estrecho de Covas constituye la experiencia estética de los viajeros que atraviesan en tren la comarca.
Y todavía nos sorprenderá el interior de la tierra con las “palas”, palabra de origen prerromano que significa cuevas. Aquí está la mayor red de cavidades subterráneas de la comunidad y las mayores colonias de murciélagos en las cerca de doscientas simas y cuevas censadas. Algunas de gran longitud, como la Cova da zorra (600m) y hitos en la espeleología gallega como la pala de Xilberte, la pala do Pombo, la de Trasmonte o la pala de Tralapala.
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